No me gusta la nieve. Para ser exactos: no me gusta tal cantidad de nieve que no me permita hacer la vida que quiero

Cuando todavía no sabíamos si podríamos abandonar las instalaciones, le dije a Canales: “Pues mira, si nos tenemos que quedar, ni tan mal. Nos tomamos una copa de vino, cenamos todos los compañeros juntos”. “Bueno –respondió él sin pestañear–, es que mi hermano vive a un kilómetro de aquí, así que iría andando hasta su casa”. Y lo entendí, claro.

Cómo son las cabezas: lo que más me preocupaba de dormir fuera de casa era no tener un ordenador a mano para escribir el blog. Soy muy cuadriculado y suelo escribirlo durante el sábado, así me dejo el domingo para tocarme la barriga o lo que se tercie.

Total, que conseguí llegar a casa. Y ayer me vi los dos capítulos que me faltaban de ‘El pionero’, una serie sobre Jesús Gil en HBO. Con todo lo esperpéntico que es el personaje, no me sorprende que una persona que rayaba el analfabetismo –José María García ‘dixit’– consiguiera convertirse en un ejemplo a seguir para muchos ciudadanos. Tanto, que lo votaban sin descanso como alcalde, como presidente del Atlético de Madrid o como Míster España si se hubiera presentado.