Jorge Javier Vázquez

Jorge Javier Vázquez

Marco Ferri en la sala de nominaciones

"Marco Ferri todavía tiene un revolcón rápido y sucio"

Que el muchacho está bueno es una verdad como un templo. Como tampoco hay duda de que el muchacho se gusta. En mi opinión, demasiado. El tipo de tío que representa Ferri nos ha traído durante mucho tiempo por la calle de la amargura.

Bello, cuerpo con todo en su sitio, simpático e incluso cariñoso pero sin despeinarse. Quiero decir que el cariño no le sale de manera natural sino que lo utiliza como un elemento más de su atractivo personal. Como si fuera un secador, un arma más para realzar su guapura. Pero la ‘tipología Ferri’ se está quedando apergaminada, incluso avejentada diría yo. Ahora es joven y todo le cunde, pero con los años corre el riesgo de convertirse en un Miguel Blesa de la vida. Un ser atildado, cursi y exento de atractivo sexual. Marco Ferri se quedó anclado en algún Festival de Sanremo de los 70 y no se ha dado cuenta de que lo que ahora se lleva es algo más peleón. Un tío que no esté tan pendiente de sí mismo y que pierda el tiempo explorando las vías de placer de su chica o de su chico. Ahora bien, tampoco nos pongamos exquisitos: Ferri todavía tiene un revolcón rápido y sucio. Siempre y cuando se quite esos zapatitos de príncipe encantado que se colocaba todos los jueves y que parece que para él eran el culmen de la elegancia.

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