Pablo Motos está fuera de control. Las preguntas con tufillo ‘machistoide’ se repiten demasiado en ‘El Hormiguero’, y si hace unos días su falta de empatía con las protagonistas de ‘Las Chicas del Cable’ lo convirtió en tendencia, anoche, Cristina Pedroche le ‘arreó’ el zasca feminista definitivo.
Blanca Suárez le llamó la atención porque no estaba haciendo ni pastelero caso a su discurso a favor de la mujer y se distraía con nimiedades absurdas como: “¿cuántos pendientes te caben en la oreja?” y Maggie Civantos le corrigió porque no sabía cómo se pronunciaba su nombre. Pedroche presentaba su nuevo programa, ‘Dentro de’, que pretende mostrar cómo se trabaja en lugares tan diferentes como el Hospital de la Paz o el Congreso de los Diputados, pero el titular de la noche lo dio con su manera de ver su futuro.
La presentadora es de esas mujeres a las que no les gusta la etiqueta de ‘feminista’ pero, con el tiempo se ha ido dando cuenta que esa palabra no es tan mala como muchos pretenden hacérnosla ver. Contribuyó en el especial que hizo la Sexta sobre el papel de la mujer, hablando de las polémicas que siempre levantan sus modelos en Nochevieja. Ella defendía su derecho a vestir como le venga en gana, sin hacerlo en ningún momento coaccionada ni por la cadena ni por nadie. Es una decisión en el que solo interviene ella. El derecho a mostrar el cuerpo de una o no hacerlo, es uno de los puntos que defiende el feminismo. A ser dueñas y señoras de nosotras mismas, empezando por la manera en la que nos presentamos al mundo.
Pues bien, Cristina ha vuelto a tener un momento ‘iluminado’ en lo que a la igualdad de la mujer se refiere. Consciente de ello o no. Pablo quiso saber si no quería ser madre ( una vez más la sociedad diciendo ‘vamos, tienes 28 años, llevas casada más de un año ¡DATE PRISA, MUJER!’). Pedroche, cansada de que esa sea la pregunta que más le hacen desde que contrajo matrimonio, respondió muy acertadamente a su entrevistador. “De momento no queremos ser padres. Los dos amamos nuestra profesión”, volvía a aclarar, remarcando UNA VEZ MÁS lo ilusionada que está con los proyectos laborales que la rodean (sí, esos que la habían llevado a un plató). “¿Por qué existe esa obsesión de que las mujeres tengan que ser madres?”, continuaba, aún molesta porque a su marido nadie le insiste tanto en el tema.