Violeta Mangriñán, en una situación límite, tiene que decidir si se opera de la vesícula

Violeta fue de las concursantes que más dio que hablar en la última edición de Supervivientes, donde se enamoró de su actual pareja, Fabio Colloricchio, y tuvo de su lado a gran parte de la audiencia, a pesar de su carácter explosivo y continuos enfrentamientos con sus compañeros de isla. Pero la salud primó y la extronista, tras varios desmayos y muchos sobresaltos, tuvo que abandonar, de modo forzoso, el reality por prescripción médica.

"La cosa tiene que ir mejorando un poco, ahora mismo la vesícula está inflamada y un poco infectada pero, si no pasa nada, me la quitan en unos meses y, si la cosa va mal, me la tienen que quitar de urgencia, que espero que no sea así", contó en una llamada telefónica al programa en el que trabaja, 'MyHyV' unas horas después de abandonar los Cayos Cochinos y aún muy afectada.

Ha pasado más de medio año y todo apunta a que la exsuperviviente tiene que actuar ante la posibilidad de regresar de nuevo a Honduras, y parece que se ve en la obligación de decidir si operarse de la vesícula. Y es que de no de hacerlo podría encontrarse de nuevo con los mismos problemas en el concurso de supervivencia.