Tamara Falcó podría abandonar dentro de poco el club de las solteras de oro. La hija de Isabel Preysler y el Marqués de Griñón desveló a los medios que vuelve a estar ilusionada. Siete años después de su última relación, Tamara vuelve a sentir mariposas en el estómago.
La empresaria estuvo en la estación de esquí de Grandvalira, en Andorra, como embajadora del Jaguar E-Pace. Cuando le preguntaron cuándo había tenido su última cita romántica, con la espontaneidad que la caracteriza, soltó la bomba: “La última fue el lunes”. Ante la sorpresa de todos los presentes, Tamara aclaró: “Es todo muy reciente, ¡no se lo he contado ni a mi madre!”.
Según explicó, Tamara y su nueva ilusión se conocieron a través de una amiga. “No tengo apps para ligar”, aclaró. Han sido dos citas, aún no ha habido beso y, lo más importante, es una persona con la que comparte sus inquietudes religiosas y ya han ido a misa juntos. A la embajadora de Jaguar se le alegra la mirada cuando habla de su nueva ilusión y es prudente a la hora de describirlo, es una persona anónima y de momento quiere mantenerse fuera del foco: "Se dedica a algo que para mí es totalmente distinto, no se dedica a ganar dinero, tiene un trabajo, una nómina. Se dedica a algo que le gusta, porque cree en el bien social. Él ha crecido en un ambiente similar pero ha decidido tomar otro camino, por eso le admiro. Por sus estudios podría trabajar de cualquier cosa y ganar mucho más dinero". ¿Y cómo es él? "Guapo, de ojos verdes y deportista", cuenta.
Hace unas semanas, Isabel Preysler reveló que Tamara había dicho que no a dos propuestas de matrimonio. ¿Podría ser esta la definitiva? "No hubo anillo de por medio, cuando estás en un noviazgo es cuestión de conocer a la persona. Yo soy muy exigente. Tengo que tenerlo claro, en mi familia ha habido muchas separaciones y sé lo que conlleva un matrimonio roto, por eso me lo planteo más".
Tamara reflexiona: "Para mi madre es raro que no esté casada, porque ella con mi edad, ya había estado casada tres veces. Cada uno escoge su vida. En aquella época era diferente. Se ennovió, se quedó embarazada del tio Julio, se casó, tampoco había tantas opciones. Las mujeres tenían mucha menos libertad".
La hija del Marqués de Griñón quiso aclarar cómo está la situación con su padre y con la mujer de este, Esther Doña: "No somos la casa de la Pradera, pero estamos bien. Veo a mi padre super contento y lo respeto". Sobre si ha habido distancianciamento con su progenitor, Tamara, sin perder en ningún momento su franca sonrisa, responde contundente: "De mi padre no me distancia nadie. Nos vemos siempre que viene a Madrid y hablamos mucho por teléfono".
Tamara, que confesó haber sufrido una crisis personal el año pasado, se encuentra ahora en un momento de plenitud: "Ha sido muy edificante para mí montar mi empresa. Es muchísimo trabajo pero me encanta. Mi vida pública antes me llevaba más tiempo y me ha encantado tener mi proyecto personal que no tiene tanto que ver con mi vida social. Tengo la suerte, además, de que en mi familia me han ayudado".