Ayer, la buena puntería de Mónica Hoyosjugó un papel muy importante en ‘Supervivientes’. Después de llevar un mes de concurso, la peruana necesitaba hablar, o al menos escuchar, la voz de la persona más importante para ella, su hija Luna. El jueves por la noche lo consiguió gracias a ganar un juego de destreza.

Hoyos, con una cerbatana, logró sacar el ‘premio gordo’ de un tablón de premios y castigos. El programa le puso un mensaje de audio que hizo que se le parara el corazón. “¡Mami! ¡Por fin voy a poder hablar contigo!”, le decía una voz al otro lado del Atlántico. Su hija Luna ya no tiene el tono una niña, sino el de una mujer hecha y derecha cuyas palabras reflejan una enorme madurez. La adolescente la animó en todo momento y le insufló aliento para su sus fuerzas no decayeran. De una manera generosa le confesó que la “echaba muchísimo muchísimo muchísimo de menos, pero no quiero nublarte la cabeza para que sigas así, real hasta la final”.

Además de contarle que las notas le están yendo muy bien y que en baloncesto su equipo ha llegado a las semifinales, provocando un enorme orgullo en su madre, también le recordó que cuenta con todo el apoyo de la familia, “lo estás haciendo increíble ¡estamos todos apoyándote!”.

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Y, por último, le dejó un encargo: darle un mensaje a “papá”, Carlos Lozano. “Dile, por fa, que también lo está haciendo muy bien y que le echo de menos”, unas palabras que, de nuevo, provocaron el llanto de la participante.