A pocas semanas del final de Supervivientes la historia del maestro Joao dio un giro radical. De repente, aparecía en plató Luismi, 'el niño', la gran ilusión del vidente. Un joven de 22 años que despertaba la curiosidad de todos. Pese a los primeros pinitos mediáticos, todo cambiaba con la salida del ya exconcursante. Joao reconocía en el debate final que la presión ha podido con ellos. “Nos ha pasado por encima”, reconocía entre lágrimas. Destrozado, el vidente confiaba en que todo pudiese volver a su camino...

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El Maestro Joao y LuisMi, 'el niño', ya no se ocultan como pareja

Maestro Joao y LuisMi1

Muchas veces había hablado de 'el niño' durante su estancia en la isla. El maestro Joao, sin querer, había alimentado las especulaciones. ¿Quién sería ese Luismi al que tanto cariño le guardaba? La visita de su sobrina precipitaba los acontecimientos. El famoso 'niño', por fin, pisaba un plató y comenzaba una presión mediática que ha terminado por pasarle factura. Tanto el vidente como el joven. Su relación, aunque sigue vigente, ha sufrido un importante daño. “Espero que sea solo un accidente y no una víctima mortal”, confesaba Joao entre lágrimas.

El vidente se rompía durante el último de los debates de los domingos. “Es una gran persona y le adoro”, aseguraba. “Siento el daño que está sufriendo. Este daño nos ha pasado por encima”. Joao reconocía que la culpa podía haber sido suya pero también pedía algo de comprensión. “Esta exposición no se la merece. Hay que tener cuidado con una persona de 22 años. Él no estaba preparado”. El joven no se encuentra bien, según ha explicado el exconcursante.

“Yo confío en el sentimiento y me gustará que, aunque se llame Luismi 'el niño', no es un niño. Es un adulto de 22 años. Pero al concurso entré yo, un poquito de respeto”. El maestro no podía dejar de llorar cada vez que pensaba en Luismi. “Dije un día que me había dado la vida y ahora me la está quitando. No él, sino la situación”. Ojalá puedan superar el bache y vuelvan a ser tan felices como eran antes. Llevar la presión cuando no se está acostumbrado no es nada fácil. Ánimo, Luismi.