Sara Carbonero comparte lo que NO vemos de su idílico Instagram

¡Al fin! Ya pensábamos que solo los famosos y los influencers podían tener una vida idílica, y no, resulta que ni ellos pueden. Eso sí, fingen muy bien que la tienen, mostrando a todo el mundo solo ese pedacito de perfección que el resto hemos creído que es lo que les rodea. Sara Carbonero se muestra sincera con el tema y descubre aquello que se oculta tras sus pulcros posados.

¿Recordáis aquella foto de Sara dejándose mecer por las aguas transparentes de su piscina? Sí, ya sabéis, esa en la que luce un bonito bañador celeste con un flamenco pintado. Su cara refleja paz y serenidad y en Instagram lleva acumulados más de 76.000 ‘likes’ y cientos de comentarios que envidian el día de relax de la periodista. Ahora, Carbonero comparte que no es oro todo lo que reluce. En realidad, a su lado, su hijo mayor daba brazadas y trataba de mantenerse a flote mientras ponía en práctica los consejos aprendidos en clases de natación. Probablemente, que Sara estuviese con los ojos cerrados solo fue un leve parpadeo pero pareciera a estar a punto de alcanzar el Nirvana. La otra opción que barajamos es que estuviera rezando para que Martín se cansara pronto y ella pudiera hacer el muerto con total libertad, sin tener que estar agarrando al niño y vigilándolo en todo momento. “Virgen del Carmen, échale tú un ojito”.