El noviazgo de Rocío Flores Carrasco está siendo como una buena novela de misterio. La hija de Antonio David y Rocío Carrasco desvela poco a poco y con mucha cautela pequeñas pinceladas de quién es el joven que le ha robado el corazón. Su cuello, su boca, su nuca... y, ahora, su nombre. Cada vez nos faltan menos piezas para tener completo este puzle-novio.

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Rocío Flores Carrasco y "los ratitos en familia" que le dan la vida

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MANUEL. Escrito en mayúsculas para que no le quede ninguna duda a nadie, así ha gritado a los cuatro vientos cibernéticos cuál es el nombre de su chico. “Con MANUEL #teamo”. El hashtag terminaba de aclararnos que se trataba de ese misterioso hombre que lo mismo le regala unas chanclas que va con ella a la feria. Ro, te agradecemos que nos facilites el nombre, ya no sabíamos cómo llamarle y empezábamos a pensar que tendríamos que tirar de fórmulas como “su churri”, “el ‘cari’ de Ro”, “el maromo de la nieta de La Más Grande”… no lo veíamos apropiado, así que ¡gracias!

Los dos disfrutaron de un castillo de fuegos artificiales, igual que solo dos días atrás pasaban la noche en el real malagueño, aprovechando la feria nocturna hasta que salió el sol.

Hasta ahora, Rocío no ha tenido ningún problema en mostrar su preciosa relación en redes, eso sí, con precaución. Ni una sola etiqueta, ni una mención que pudiera hacer ‘popular’ a su chico. Manuel parece tímido y alérgico a la fama, esa que persigue a su novia desde la cuna, simplemente, por ser nieta de quien es, e hija de su madre. Ella no está dispuesta a que él tenga que cargar con su notoriedad, así que ha descubierto la manera de no esconderse pero respetando su anonimato. Nunca una diferencia de altura había resultado tan provechosa. Eso sí, ya empezamos a conocer a la perfección el cuello y la barbilla de su misterioso amor.