Los Mohedano han asegurado, por activa y por pasiva, que era Rocío Carrasco quien tenía la pelota en su tejado. Que era ella y no otra persona la que no daba su brazo a torcer con respecto a la apertura del Museo Rocío Jurado en Chipiona. Pero ahora, la hija ha recibido un ultimatum.

Carrasco, como responsable de la gestión y explotación de los derechos de la imagen de su madre, tendría un escaso margen de 15 días para comunicar al Ayuntamiento de Chipiona si está o no está de acuerdo con la apertura del centro. Según la versión de la colaboradora televisiva, si hasta ahora no había accedido a la apertura era porque aún había que subsanar una serie de deficiencias que presentaba el anterior convenio. Paloma García Pelayo, la periodista que ha dado la noticia de esta particular cuenta atrás, asegura que, antes, el museo no contaba con las licencias necesarias, y que, por tanto, había una serie de deficiencias técnicas y legales que tenían que tenían que ser solventadas.

Ahora parece que ya todo está correcto, por lo que solo faltaría el OK de la hija biológica de La Más Grande para su apertura. Rocío siempre se ha mostrado esquiva a la hora de hablar de este tema y lo único que dijo, en la presentación del sello de la diva, fue “seguimos en la misma línea”, dejando a entender que no había novedades hasta que no se llegara al convenio definitivo, ¿será este?

De acceder, la muestra permanente, que recoge vestuario, actuaciones y detalles personales de Jurado, abriría sus puertas el año próximo, a escasos 15 días. Por lo que los Mohedano podrían entrar en el 2018 con una muy buena noticia, dado el interés que siempre ha presentado la familia en su apertura, especialmente Amador y Gloria, hermano e hija de la artista.

Por este museo, tal y como adelanta García Pelayo, Rocío Carrasco se embolsaría, de manera anual, un canon de 30.000 euros por tener los derechos de imagen de su madre.