La noticia saltaba hace tan solo unos días. El búnquer del lujo ya no es seguro. La Meca del 'establishment' nacional, que buscaba abrigo a su intimidad y sus casas de diseño en unas zonas verdes casi salvajes, está a punto de ser desacralizada en menos de un mes.

La Finca de Pozuelo de Alarcón, una de las urbanizaciones más exclusivas del país, dejará de ser precisamente eso, exclusiva de sus vecinos, para convertirse en un espacio público más del municipio. De esta manera, más de 800.000 metros cuadrados de bosque vuelven a ser de todos los ciudadanos.

Iker Casillas y Sara Carbonero paseando un día cualquiera cogidos de la mano; Borja Thyssen y Blanca Cuesta jugando con sus niños; Alejandro Sanz disfrutando de una paella de los domingos… Ninguno de ellos, por ejemplo, estará libre ya de ningún objetivo indiscreto. Ni de un papparazzi ni de una cámara móvil de cualquier viandante. El consistorio madrileño, gobernado por el PP, a instancias de los partidos de la oposición y diversas asociaciones vecinales, ha subsanado por fin un vacío legal que confinaba 8 hectáreas de terreno a un vallado y un uso y disfrute para sólo quien viviera en La Finca.

¿Quién permitió que se vallase?

Procisa, promotora de esta urbanización, vendió parcelas de 3.000 a 10.000 metros cuadrados a un precio medio de 5 millones de euros garantizando al comprador exclusividad y privacidad absoluta, garantizadas a su vez por este amplísimo espacio verde libre del accesos no deseados, es decir, vallado. ¿Quién lo valló? La constructora ha admitido que se hizo con permiso municipal a cambio de hacerse cargo de su mantenimiento y como compensación del proyecto llamado Somosaguas Sur a Luis García Cereceda, alma mater de la empresa y La Finca en sí.

“¿Quién fue quien permitió que se vallase? Y en el caso de que se vallara por esa compensación ¿por qué se ha permitido tanto tiempo? No soy yo quien tiene que responder a eso”, afirma Joaquín Torres, el llamado arquitecto de las estrellas, que estuvo unido laboralmente durante muchos años a Cereceda y hoy recalca que no sólo lleva tres años sin trabajar para Procisa, sino que además, él está siendo maltratado por ella.

“Yo he sido el arquitecto de La Finca. A nivel de edificación, no tenía nada que ver con el urbanismo ni con el plan parcial de la Urbanización, muy anterior a mí. No conocía los detalles de esos terrenos, pero al estar vallados siempre consideré que eran privativos, que no eran terrenos públicos porque si no, había una irregularidad”.

"Saldrán más irregularidades"

Y no deja ahí la cosa. Torres, que afirma que Procisa aún utiliza su imagen como reclamo cuando ya no tiene vinculación alguna con la empresa, está convencido de que, tirando de la manta, “saldrán más irregularidades. En todo lo que tenga que ver con Luis (García Cereceda) saldrán más irregularidades. No es que yo las conozca, pero era un señor que mantenía una situación peculiar con mucha gente, que pidió muchos favores, que cumplió otros, que tuvo muchos acuerdos… Y ahora que no está, su hija está dejando el camino abierto para que toda aquella gente que tenía algo en contra de su padre, salga a la luz. Es decir, con la actitud de Susana Cereceda, muchos enemigos contarán sus verdades”. 

Joaquín Torres continúa. “Todo esto está saliendo por alguna razón. Pero que el Ayuntamiento conteste. La Finca existe desde hace quince años y el vallado tiene trece. Evidentemente, el Ayuntamiento lo ha consentido. ¿Por qué antes sí y ahora no? Yo ahí tengo poco que decir. Que alguien tire de hemeroteca… El alcalde de Pozuelo, Jesús Sepúlveda, antes vivía en La Finca y ahora no. Algo ha pasado”.

Y mientras el Consistorio guarda silencio, el dedo acusador de Torres sabe a quién señalar. “La gente se defiende. Si te atacan, tú te defiendes. Si tenías un acuerdo con una persona y se acuerdo se incumple, esa persona toma sus decisiones. Con Luis esto no pasaría”, apostilla el arquitecto que acaba de publicar un libro titulado “Detrás de la puerta” en donde hace un recorrido a los hitos de su carrera, gran parte de ella vinculada a Cereceda, que murió hace tres año, con quien hizo lo que es hoy La Finca, el lugar donde Torres ha desarrollado importantes proyectos, que le han dado proyección internacional, y el lugar también donde aún tiene sus oficinas y vive, aunque por poco tiempo.

Susana Cereceda, hija, heredera y al mando de Procisa, le ha exigido que se marche de la urbanización. Ella, “que está despertando tantos cadáveres”, es la responsable de esta noticia tan buena para el municipio, que aumenta sus zonas verdes, tan mala para aquellos que compraron unas casas valoradas en hasta doce millones de euros cuando gran parte de su valor dependía de su privacidad.

"Quien ha comprado ha sido estafado"

La solución quedarse era comprar la casa que ahora habita en La Finca. “Y no lo pienso hacer. Menos ahora que sé que vale mucho menos de lo que me piden. Por eso mismo entiendo tan bien a todos los afectados. Entiendo el cabreo. Yo también lo estaría. Sus casas ya no valen lo que les decían que valían… entiendo que a Ronaldo le parezca mal y su preocupación… La que tiene que responder es la Promotora. La privacidad ya no es la misma, si es zona publica, se abren los viales, ya no tiene ese valor que dicen que tiene. Quien ha comprado ha sido estafado”.

A todo esto, Procisa subraya que no se cambiarán ni se quitarán las cámaras de seguridad ni habrá ningún cambio en la protección de la urbanización, donde viven tantas estrellas, ya que las cámaras están instaladas en las zonas privadas de la urbanización, aunque eso sí, que se abran determinados accesos, la decisión corresponde al gobierno del Consistorio.

El grupo socialista ya ha anunciado que pedirá explicaciones en el pleno sobre los plazos, pasos y costes que se manejan para llevar a cabo este proceso de recepción y el posterior mantenimiento de las zonas verdes. Además, ha solicitado la convocatoria de una comisión de urbanismo extraordinaria para tratar este asunto de forma pormenorizada.