La presentadora Vallecana es de esas mujeres que antes que mirar las manos, los músculos o el trasero, lo que más llama su atención en un hombre es su boca. Si el espécimen en cuestión cuenta con una buena salud bucodental y posee una de esas sonrisas que desarman, tened por seguro que Cristina Pedroche ya está en el saco. Si además, a esto le sumamos unos ojos profundos con mirada arrebatadora, el chico la tiene ganada. “Una dentadura bonita lo es todo. Yo lo que primero miro es la boca, y luego los ojos”.

 

Esta forofa del Rayo Vallecano se ha convertido en la imagen de clínicas Dentix y no nos extraña, porque Pedroche asegura que desde niña ha cuidado su higiene dental: “Cuando era pequeña mi madre me decía que me tenía que lavar los dientes y venía la baño a mirar si el cepillo estaba mojado,  era como… ¡Que me lavo los dientes de verdad! ¡Me da asco meterme en la cama sin lavarme los dientes!”.

 

Y con esa dentadura maravillosa, Cristina le pega grandes bocados a la vida y a la fama, de la que, reconoce, tiene cosas que le encantan. “Hay mucha gente que te quiere, que te admira y que te lo demuestra por la calle. Es algo muy bonito”. Pero la popularidad también tiene un poso amargo. “Tiene la parte mala, que la gente te critica porque sí, por ejemplo cuando se generó la polémica por si estaba gorda o no estaba gorda, lo único que me daba rabia era por esas niñas que estuvieran como yo o con un kilo más y que dijeran, ‘si la Pedroche está gorda, cómo estoy yo’”.

 

Además, y tan sincera como siempre, Cristina tampoco tiene reparos en admitir cuáles son sus restaurantes favoritos “DiverXo y StreetXO, me gustan mucho”, cuenta entre risas, puesto que los dos son obra y gracia de su chico, el chef David Muñoz. Y si se le pregunta por su plato preferido, la presentadora no lo duda, “croquetas con tres estrellas Michelin”. ¡Con un novio así, ya se puede!