Los que la conocen bien aseguran que para ella no existe mayor placer que sentarse en una oscura sala de cine, paquete de palomitas en mano y dejarse mecer por la historia que tiene lugar ante sus ojos. Entonces Letizia se olvida que es reina, que hace tiempo que dejó de ser una periodista anónima y que los móviles de hoy día son los mayores chivatos del mundo.
La monarca adora el cine, pasión que ha transmitido a su marido y que inculca a sus niñas. Iba de estudiante, fue de presentadora y continua yendo ahora que es integrante de la familia real. Es, algo así, como su ritual para desconectar.
Está al día de todos los estrenos y, si le dan a elegir, se decanta por ver películas en versión original subtituladas, en sesiones durante la semana o en la 'golfa', la que tiene lugar a las 00:00.
Más detalles. Si a partir de ahora vuestras elecciones respectivas a las salas de cine se van a basar en las preferidas de la reina, necesitáis conocer sus cines favoritos. Apuntad: cines Renoir Princesa, para las películas más independientes, Kinépolis (eso sí, en las salas dedicadas a la v.o.s.) o Cinesa Príncipe Pío (donde se la ha visto con Leonor y Sofía en varias ocasiones) y, en por donde más se deja caer últimamente, los de la avenida de Manoteras. Así se mueve entre las salas más comerciales y aquellas para un público más minoritario.
Antes solía buscar los horarios y los días más tranquilos, pero desde que es reina eso resulta misión imposible. Su popularidad ha alcanzado niveles estratosféricos y ha llegado a tal punto que sabe que haga lo que haga resultará 'cazada'. De ahí que la encontremos viendo 'Lalaland' en fin de semana, en la sesión más abarrotada (suele ser la de las 8-10) y en uno de los cines más populares. De 'perdíos' al río, que dicen.
De este modo, y dejando tantos testigos de su cinefilia por el camino, hemos podido conocer mejor a la reina, y hemos establecido un perfil de amante del Séptimo Arte con el que puede que muchos os sintáis identificados. O que, incluso, descubráis pequeñas joyas audiovisuales que pasaron inadvertidas en su día.