Por MASSIMA POTENZA

 

“Paula, tú nos recargas las pilas a todos”. Que las amigas para eso están, no sólo para sujetarte el pelo cuando bebes demasiado, para prestarte una falda o cotillear de chicos horas y horas al teléfono. También para apoyarte cuando flaqueas, para abrazarte cuando tu novio te deja o para prestarte su hombro cuando no puedes reprimir las lágrimas. Por eso, desde su mesa, eludiendo el protocolo, el decoro o el empaque que puede imponer una cena multitudinaria en un escenario como el del Hotel Palace, Manuela Vellés le gritó esa frase de ánimo a Paula Echevarría. Y acompañándola con silbidos y palmas. Un aplauso al que al segundo se unieron todos los invitados. La protagonista de ‘Velvet’ se rompía inesperadamente durante la entrega de los premios de Mujer Hoy recordando a los seres queridos que hoy no están y no pueden ver el buen momento profesional que vive.

 

Echevarría, con un vestido verde agua en paillettes de Dolores Promesas, había mantenido el tipo hasta ese momento. Sonrisas y más sonrisas aun cuando se le vuelve a preguntar por sus diferencias con David Bustamente, eso sí, cortando de raíz cualquier repregunta con un “ya está” y un golpe de moño; posando ante las cámaras e incluso con la suya propia, en una profusión de ‘selfies’ desmedida con sus amigas y compañeras de profesión como Toni Acosta o Raquel Sánchez Silva. Raquel, por cierto, con un vestido negro de amplísimas aberturas en la falda y un escarpado escote casi hasta la cintura, tampoco se pronunció sobre sus deseos de ser madre con su actual pareja, el argentino Matías Dumont, o sobre su destino profesional fuera ya de T5.

 

Este premio va para las luchadoras, las que se lo merecen mucho más que yo”, dijo Susanna Griso mientras miraba a Luz Casal, sentada en una de las mesas. La catalana sigue afincada, en cambio, en las mañanas de Antena3 y era también otra de las galardonadas y  de las chicas con las que Paula y Raquel compartieron risas y fotos.

 

El otro equipo de chicas más numeroso lo protagonizaba la selección española de baloncesto capitaneado por Amaya Valdemoro, quienes también recibían premio por su subcampeonato en el último Mundial de este deporte y eran gigantes al lado de un hombre que lo es por otras acciones, Jaime Garralda. El padre jesuita señaló que sólo queriendo al que sufre, vives feliz” y que lo que más duele es “el desprecio de la sociedad a los marginados”.