Oto Vans se 'retoca' para ir a 'Supervivientes'

El 25 de abril se acerca. Tal como reveló Jorge Javier Vázquez, quien ha superado satisfactoriamente las pruebas médicas un mes después de sufrir un ictus, es el día señalado del arranque de la gran aventura: 'Supervivientes 2019'. Cada vez extraña menos que las centros de estética trabajen a marchas forzadas para que los concursantes luzcan estupendos, como en el caso de Oto Vans.

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Su cutis es ebúrneo y suave, sin imperfecciones, como es lo natural en el rostro de un joven de 23 años que cuida su aspecto, pero para el controvertido 'influencer' más vale prevenir que curar. Son muchas las ediciones en las que hemos visto a concursantes llegar con la piel cuarteada y dañada por los rayos de sol. Y qué decir del cuero cabelludo. Sí, una dieta tan pobre como la que van a sufrir, y solo tener acceso a alimentos y bebidas básicas para no sufrir vahídos y deshidrataciones acaba incidiendo en el aspecto de los concursantes. Y Oto quiere evitar al máximo esos efectos.

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Si estos días hemos visto a Isabel Pantoja ponerse en manos de profesionales para darle a su piel los mejores cuidados, hacerse un microblanding de cejas y la manicura; Oto Vans no ha sido menos. Este popular rostro de las redes sociales ha mostrado en su último vídeo de Mtmad cómo se está preparando para 'Supervivientes'. Para él, todos los detalles son pocos y se le hace un mundo pensar que durante el concurso "no voy a poder tener ni maquinilla de afeitar ni espejos ni maquillaje...", contaba desde la peluquería.

Oto se ha alisado el pelo con queratina, para pasar el máximo de tiempo sin tener que alisarse el pelo. Sin embargo, lo que más ha chocado conocer de su puesta a punto es que se ha inyectado bótox. "He estado en el doctor poniéndome bótox, porque no quiero que cuando haya sol pueda fruncir el ceño. ¡No quiero arrugas para nada, ¡por Dios!", explicaba en un lamento.

Lejos quedan ya los objetivos que perseguían los primeros 'supervivientes'. Intentar colar mecheros, pinzas de estética para el vello y otros utensilios con los que hacer más fáciles su aventura en Honduras. El diablo sabe más por viejo que por diablo, y los concursantes viven una auténtica contrarreloj para poner a punto su físico. Pero no tanto para mejorar su resistencia, sino para quedar bien en pantalla. Al menos, el máximo de tiempo.

Cabe decir que, en cuanto empiece a escasear la comida, comiencen a notar el agotamiento de la adaptación al nuevo medio, todas esas preocupaciones van a pasar a un segundo o tercer término. Sin contar que lo que más les va a hacer fruncir el ceño puede que acabe siendo las tensiones de la convivencia. La temible convivencia...