No hay reto al que no pueda enfrentarse. Mila Ximénez es una trabajadora incansable, pero también una mujer inquieta y aguerrida. Capaz de conseguir combinar su intenso presencia en Sálvame con sus propios proyectos personales y, por supuesto, su vida más familiar. Lejos de acomodarse y relajarse, Mila ha decidido emprender una nueva aventura. Una muy artística y creativa a la que, seguro, se dedicará con cariño y entrega. Lo único que no sabemos es: ¿de dónde saca el tiempo?

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No ha sido un año sencillo para Mila. Tampoco para el resto de colaboradores de Sálvame. La tensión conseguía llegar hasta tal punto en el programa que resultaba difícil aguantar las cuatro horas largas de directo cada tarde. Pero, como en todo, siempre nos espera un final feliz. El anuncio de las Campanadas pillaba a los implicados por sorpresa y emocionaba a una Mila que no podía reprimir las lágrimas. El mejor de los reconocimientos.

Pero es que las alegrías no paran en casa de la colaboradora. Tras la emoción de verse ya casi en el balcón de la Puerta del Sol de Madrid, Mila está a punto de presentar en público su nueva aventura. Un negocio al que le ha dedicado los últimos meses y que supone casi la consecución de un sueño. Resulta que la colaboradora va a lanzar su propia línea de joyas. ¡Sí! Tal y como informan en Jaleos, en cuestión de una semana este interesante proyecto verá la luz.

La idea lleva ya mucho tiempo rondando por la cabeza de la colaboradora. Pero no fue hasta que se cruzó en su vida el artista argentino Gustavo Marinaro que no comenzó a coger forma. “Empezamos a tener conversaciones y surgió que podríamos crear una colección tomando como punto de partida los cuatro elementos: aire, tierra, fuego y agua”, ha explicado al confidencial.

Así, con la colaboración de ambos, han ido creando un línea de collares y pulseras con piedras naturales, oro y plata. La venta se realizará a través de la página web del diseñador y de joyerías seleccionadas. Una oportunidad única para poder disfrutar de algo diferente, un complemento que poco tendrá que ver con los que conocemos hasta ahora. Además, la pareja ha puesto especial atención a que las piedras transmitan virtudes de sanación y protección.

Es esta la segunda aventura empresarial de la colaboradora en los últimos tiempos. En 2015, presentó su propia línea de cremas, Kisé, donde también invirtió mucho esfuerzo y dedicación. Mila cuenta que el negocio ha aumentado en forma importante desde su lanzamiento, pero que quieren ir poco a poco “y cuidándolo mucho”. Seguro que con este nuevo lanzamiento, repite el mismo éxito. Muchísima suerte, Mila. ¡Enhorabuena!