Ana Cristina Portillo ha vivido uno de los días más emocionantes de su vida. Este sábado 28 de septiembre ha celebrado su boda, un momento muy especial que lleva meses preparando con mimo según ella misma ha declarado. La cuarta hija de Sandra Domecq y Santiago Camacho se ha dado el ‘sí, quiero’ en Jerez, una ciudad muy especial para la novia, a la que ha acudido la familia del novio, Santiago Camacho, del que conocemos muy pocos datos. Es sevillano, Ingeniero Industrial y poco amigo de focos y la fama, algo que ha dejado claro en los siete años que llevan juntos, pues siempre se ha mantenido en un discreto segundo plano.
Aunque la verdad es que Ana Cristina tampoco ha hecho uso en demasiadas ocasiones de la parte más pública de su familia, no han sido demasiadas veces las que se ha dejado ver ante las cámaras. Aunque en los últimos años ha sido más activa que nunca en las redes sociales y eso nos ha permitido conocerla un poquito más. Estudió Empresariales y sus grandes hobbies son la pintura y la hípica. Ha sacado rendimiento de su formación y en la actualidad trabaja en la empresa familiar de su rama paterna, una sociedad dedicada a las aduanas y los servicios portuarios que puso en marcha su bisabuelo y que ha ido pasando generación tras generación hasta ahora, en que ella ocupa el papel de consejera.
Las empresas de Ana Cristina Portillo
Un cargo en el que debe moverse con soltura pues la empresa va mejor que bien, de hecho, en las últimas cuentas presentadas está valorada en 6,5 millones de euros. Pero su gran proyecto tiene mucho que ver con una de sus pasiones, la pintura, y es que ha creado una firma textil, de bolsos, camisas y cojines entre otras prendas cuyo máximo atractivo es que se trata de piezas únicas porque están creadas a partir de telas estampadas con sus creaciones en pintura, con lo cual son completamente irrepetibles. No es algo que ella haya promocionado mucho, aunque a través de sus redes sociales se puede acceder a la información y en la propia web ella cuenta la historia de sus diseños, que son algo muy importante para ella.
De hecho, no sería sorprendente que, en su boda, Ana Cristina optara por llevar algún detalle que estuviera relacionado también con sus pinturas, aunque lo que se ha comentado es que llevará algo que le recuerde a su madre, pues será la gran ausencia en el día de su boda. Sandra Domecq, que fue la primera mujer de Bertín Osborne, falleció cuando ella tenía solo nueve años, y a día de hoy sigue echándola mucho de menos, prueba de ello es el mensaje que este mismo año dejó en su perfil de Instagram para recordarla el día de su cumpleaños. “20 años. Siempre pienso que el siguiente año será más fácil, y todavía no pasa. Este año, si es posible, te echo más de menos. Tantas preguntas y consejos que me gustaría pedirte, que me guiaras en todo este proceso. Hoy celebramos todos los años que estuviste con nosotros y brindamos por ti, por cómo eras y porque siempre estarás a nuestro lado de una forma u otra”.
La gran boda de Ana Cristina Portillo
El regalo más grande que le dejó su madre fueron sus hermanas mayores, Alejandra, Eugenia y Claudia, las hijas que esta tuvo con Bertín Osborne, que siempre la ha considerado una hija más, aunque ella está muy unida a su padre, Fernando Portillo, que mantiene con el cantante una estrechísima relación desde que Sandra falleció. El padre de Ana Cristina ha sido su padrino, el hombre con el que ha llegado al altar este 28 de septiembre. Radiante y feliz, cumplía perfectamente el horario. A su lado, sus hermanas, las hijas de Bertín Osborne.
Y Alejandra, Eugenia y Claudia han sido sus compañeras de vida. Fueron sus principales apoyos en la adolescencia, pues eran quienes realmente entendían lo que suponía haber perdido a su madre, y lo han seguido siendo siempre. De hecho, es muy habitual verla con Claudia, que es la pequeña de las hermanas Osborne y con la que menos diferencia de edad tiene. Las dos están muy unidas y teniendo en cuenta Claudia se casó en 2021, por lo que tiene muy reciente la experiencia, seguro que es quién más ha comprendido los nervios lógicos que llegan antes del gran día.
Las hijas de Bertín aparecían junto a sus familia en Jerez de la Frontera para vivir el gran día. El que no lo hacía era el propio Bertín. El presentador optaba por acudir directamente al banquete para no causar demasiado revuelo en la Catedral de la ciudad. Siempre en el ojo del huracán, el presentador es consciente de la expectación mediática que genera. De ahí que haya preferido algo más íntimo y sin tanta presencia de cámaras. Así lo confirmaba su hija Alejandra.