La modelo ha vuelto con la energía renovada tras pasar unos días de descanso en Granada junto a Kiko Matamoros, tiempo que aprovecharon para que el colaborador de 'Sálvame' conociera a su suegro. Muy feliz con este gran paso, Marta López Álamo ha recuperado su rutina de ejercicios y trabajo en la capital.

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Este sábado, aprovechando el tiempo libre, la joven aprovechaba para entretener a sus seguidores con una ronda de preguntas y dudas sobre ella. Los temas que más han dado que hablar han sido sus retoques estéticos y, por supuesto, su relación con Kiko Matamoros. Sin embargo, al margen de esto ha habido una revelación que ha sorprendido a todos por lo insólito de la situación.

Marta ha confesado dos de sus muchas manías aunque afortunadamente ya ha conseguido superarlas: "De pequeña era muy maniática, era una cosa loca...además cosas rarísimas. Mi madre me tenía que pasar una coca cola helada porque no podía dormir con la almohada caliente o también dejar la puerta entornada pero a un nivel extremo, podía estar minutos cerrando y abriendo la puerta", confesaba recordando la época.

Marta López Álamo

Afortunadamente todo es cosa del pasado "la madurez me ha regalado el no tener ninguna manía...creo", sentenciaba con una sonrisa pícara.

Lo mejor y lo peor de Kiko Matamoros

Aunque no le gusta hablar demasiado de su relación con Kiko, en los últimos meses han sido varias las ocasiones en las que le ha mostrado su apoyo público tanto en redes sociales como en televisión. La modelo andaluza les confesaba a sus fans que hay cosas del colaborador que no le gustan: "Es muy muy cabezón", revelaba pero también ha querido desvelar qué fue lo que le enamoró del él: "Me encanta lo culto que es, lo inteligente...y lo bien que me trata".