Lo de Mariah Carey y el Photoshop es una cosa que ya nos hace hasta gracia. En un primer momento uno podía sentirse engañado o, incluso, que hasta lo están tomando por tonto. “¿Cómo que esa de la portada no es la diva de verdad? ¿Cómo que ha sido retocada?”. Ahora ya todos sabemos qué plan lleva la cantante y cómo le gustan las cosas de artificiales, rozando, en algunas ocasiones, la ciencia ficción. Porque lo que ella hace cada vez que se somete a una sesión de fotos o al lanzamiento de un nuevo disco tiene más que ver con lo que ocurre en la filmación de una película de este género que con lo que haría cualquiera su misma situación.

 

El último derroche de retoque digital nos llega de la mano del nuevo disco de Mariah, ‘#1 To Infinity’, un álbum del que todos estamos hablando y no precisamente por las canciones que lo componen… Sabemos que Carey es una artista maravillosa, que tiene una voz portentosa y que han sido muchas las divas actuales que, copiándole, han logrado ser quienes hoy día son, pero estos ‘retocazos’ son demasiado para la reina del estrechamiento de cintura. La foto de la portada se ve tan irreal que hasta parece que se ha pegado la cabeza de la actriz de ‘Glitter’ en el cuerpo de una supermodelo y que el suyo propio se ha quedado huérfano, como si nadie lo quisiera. ¡Cuando a nosotros nos encanta! Adoramos las redondeces de Mariah, sus curvas, su rotundez. No hay nada de malo en tener un cuerpo curvilíneo, pero parece que a ella es a la que más le molestan estas medidas.

 

Una pena que Mariah Carey se empeñe en retocarse y ‘photoshopearse’ una y otra vez el cuerpo. Pero si a ella le hace feliz, no nos quedará otra que seguir fingiendo que eso que nos vende la diva es tan real como un personaje creado por Pixar.

 

Por CONCHI ÁLVAREZ DE CIENFUEGOS