María José Suárez vive de cerca el tiroteo al instituto de Parkland, Florida

La modelo y diseñadora sevillana estaba a 15 minutos de donde tuvo lugar la matanza de 17 personas

María José Suárez vive de cerca el tiroteo en al instituto de Parkland, Florida
foto autor Conchi
Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

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María José Suárez está de nuevo en Miami y su viaje se ha tornado de lo más amargo. Ayer le tocó vivir muy cerca la tragedia acontecida en el instituto Stoneman Douglas, de Parkland (Florida). Un auténtico drama que ya ha sido bautizado por la prensa como ‘la masacre de San Valentín’. Un exalumno del centro, armado con un fusil de asalto y bombas de humo, segó la vida de más de una de decena de personas y dejó malheridas a otras tantas.

La exmodelo, ahora diseñadora, se topó de golpe con la tragedia en lo que debía de ser un día divertido y feliz. Suárez había quedado con unos amigos para pasar la tarde en la casa de estos, en Boca Ratón, pero la fatalidad les sobrevino. Haciendo el trayecto a casa de estos amigos, la empresaria vio que el tráfico se hacía más lento. Las ambulancias no paraban de adelantarles y el sonido de sus sirenas no cesaba. El vehículo en el que iban quedó atascado por más de tres horas en la carretera 95 y todo sin saber qué estaba ocurriendo. Ella creyó que se trataba de un accidente de tráfico, cuando la realidad era otra mucho más dramática.

A solo 15 minutos de donde ella estaba atrapada en un enorme atasco, Nikolas Cruz, de solo 19 años, había entrado en el que un día fue su instituto disparando contra todo lo que encontró en su camino. Asesinó a sangre fría a esos compañeros que, meses atrás, le tenían miedo puesto que solía alardear de las armas que guardaba en casa. Con la que asesinó a 17 jóvenes inocentes, la había adquirido de manera legal.

Cazador y entusiasta del mundo militar, Cruz y su hermano eran huérfanos. Su padre falleció hace años y su madre en noviembre del 2016. Ahora vivía con unos amigos de la familia.

Nicolás entró en el instituto disparando, lanzando bombas de humo y accionando las alarmas de incendios. Aprovechó que sus excompañeros huían de las clases al sonido de la sirenas y se dirigían a los pasillos para cargar contra ellos.

Cuando se enteró de todo, María José manifestó sentirse impotente y pidió una solución real, pues el promedio de asesinatos en escuelas estadounidenses es alarmante: uno a la semana. “Hagan algo más que hacer demagogia en twitter! BASTA YA! No más odio! Mi corazón con esos niños”.

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