Por la gran sonrisa con la que salía del centro dental sevillano donde trabaja, nadie podría aventurar que 2016 ha sido nefasto para María José Campanario en temas de salud. Sus hernias cervicales y una reciente infección en la sangre que acabó complicándose la han tenido entrando y saliendo del hospital para ser intervenida más de lo que hubiera querido.

A finales de noviembre pasaba uno de los peores episodios de su vida tras ser intervenida de urgencias por una reacción alérgica al látex que le provocó una infección en la sangre. Jesulín de Ubrique se deshacía en lágrimas en la sala de espera, por cómo se había complicado tanto una simple inyección y se temía porque pudiera acabar en septicemia (infección generalizada y grave en la sangre). Tras casi dos semanas de ingreso, la odontóloga y su círculo familiar respiraban tranquilos: la infección remitía y recibía el alta. "Lo he pasado muy mal. Nunca pensé que una cosa, en principio tan menor, se podría complicar tanto", contaba después de este trance.

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Después de pasar las fiestas junto a su familia y la del diestro y pedir más salud para 2017, María José se ha reincorporado a su trabajo. No dudamos que haya sido duro volver, pero por su sonrisa lo ha hecho con la energía y el ánimo arriba. Seguro que mucho han tenido que ver también con esta felicidad que los Reyes se hayan portado "muy bien" con ella.

Campanario ha confirmado que se encuentra "muy bien", totalmente recuperada y "con el mismo trasero". Después de la última revisión que se hizo en los primeros días de diciembre por su último percance de salud, ha declarado que ya no tiene que volver a hacerse más revisiones y, con mucho humor, ha dicho: "Ya he tenido para unos cuantos años".