Al ser una boda de mañana, el protocolo para ellas estaba claro: vestido por la rodilla, cabeza cubierta con tocados, sombreros o pamelas. Ellos también tenían una estricta etiqueta que cumplir: todos debían ir de chaqué. Lo precisaba la invitación, pero algunos no se detuvieron en leer esos pormenores. Le ha pasado a Julián Contreras Jr., que a la llegada a la iglesia con su padre y se lamentaba a los medios por no haber estado más atento a lo que ponía en el tajertón de la invitación.

Y es que, si no quieres desentonar en una boda como esta, más te vale dejarte asesorar o, por lo menos, hacer caso a los novios.

Después de revisar los invitados a fondo, podemos decir que ha sido una boda sin grandes meteduras de pata. Ellas han estado divinas y ellos muy correctos. Empezando por Kiko Rivera al que el chaqué le estilizaba especialmente, y siguiendo con Jose Mari Manzanares y el cómico Manu Sánchez, que han sido algunos de los más acertados. El primero, más que probable vestido de Dolce & Gabbana dado que ha trabajado para ellos, lucía un traje gris de cuadro ancho con complementos rojo vino. Y el traje de Sánchez ha estado muy bien elegido por ese azul marino tan bonito y que tan bien contrastaba con la corbata con diseño geométrico y la cadena del reloj de bolsillo (todo un puntazo).

Y precisamente el azul ha sido el color más repetido. Lo han llevado Pastora Soler, Vicky Martín Berrocal, María José Suárez, Elena Tablada y hasta Lourdes Montes. La cuñada de Eva y Cayetano no ha vestido diseño propio, sino que se ha apostado por una creación de Roberto Díz, uno de sus diseñadores de cabecera. Las que sí han lucido diseños salidos directamente de sus cabezas han sido Vicky Martín Berrocal, una femme fatale divina, y Mª José Suárez, que también había hecho el vestido para otras invitadas como Elisabeth Reyes, que llevaba un modelo magenta de lo más favorecedor.

Una boda de gente guapa, con los novios más guapos que hemos visto. Todo muy en consonancia.