Millonaria, pero discreta. Athina Onassis es uno de los personajes del panorama social más desconocidos para el público general. Su figura esta envuelta en un halo de misterio que nadie ha logrado descifrar. Nieta del magnate naviero Aristóteles Onassis e hija de Christina Onassis y del empresario francés Thierry Roussel, Athina ha tenido que hacer frente a situaciones muy complicadas y dolorosos a lo largo de sus 40 años de vida.
El interés que genera ha hecho que las pocas veces que se la ve en público se hagan muy notorias. La última vez que vimos a Athina fue en junio de 2022 durante el Longines Paris Eiffel Jumping, el concurso de equitación de salto de obstáculos. Al menos, hasta ahora. Y es que, según medios como '¡Hola!', el pasado 6 de julio la joven acudió al Bal d'Éte (traducido, el Baile del Verano), una fiesta con la que se da el pistoletazo de salida a la Semana de Alta Costura de la ciudad de la luz.
La anfitriona de esta gran celebración fue la cineasta Sophia Coppola, que eligió el Museo de las Artes Decorativos como el lugar ideal para esta velada. Todo lo recaudado durante esta noche irá dirigido al museo con el objetivo de seguir ampliando y preservado sus obras de arte. Athina acudió acompañada de su gran amiga, Marta Ortega, que a su vez iba con su marido Carlos Torretta y el modelo Jon Kortajarena.
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Su reaparición llamaba la atención por lo extraña de la misma. Athina eligió un vestido coral con escote en V profundo, drapeado en la cintura y una falda con dobleces plisadas. Un sencillo colgante con una cruz y unos pendientes minimalistas cerraban el outfit. Un look totalmente opuesto al que lució su amiga, Marta.
La presidenta de Inditex lució un vestido de encaje negro en los bajos y con transparencias en el escote. Ortega aportó un toque 'coquette' con un lazo negro. Sobre la prenda optó por lucir un abrigo de extensión midi. En cuanto a su cabello, recogió su melena en un moño y se decantó por unos pendientes en forma de lágrima.
Durante la fiesta, Onassis pudo charlar con algunos de los personajes más importantes del mundo del arte y la cultura. Penélope Cruz, Kirsten Dunst, Keira Knighley, Alexandra de Hannover, Tatiana Santo Domingo o Bianca Brandolini d’Adda fueron algunas de las invitados a esta fiesta.
La vida marcada por la desgracia de Athina
Cuando nació en 1985 parecía que Athina Onassis tenía una vida de plenitud y felicidad por delante. Formaba parte de una saga muy conocida en la época. Su abuelo era un gran naviero que había logrado formar un imperio inigualable en la época. Aristóteles Onassis era conocido por sus negocios y por sus amores. Fue capaz de enamorar a María Callas y llegó a casarse con Jackie Kennedy.
Sus padres vivieron una historia de amor corta, pero intensa. Pocos años después de casarse y tener a Athina decidieron tomar caminos separados. Uno de los motivos fueron los rumores de infidelidad entre ellos. En este sentido es llamativo que dos de sus hermanastros, Eric y Sandrine, nacieron cuando aún estaban casados. Estos pequeños hicieron que la hija de Aristóteles pusiera punto y final a su relación con el francés.
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Una vez divorciada, Christina empezó a salir con el magnate argentino, Jorge Tchomlekdjoglou. Su romance creció exponencialmente. Hacían planes, vivían juntos y tenían planes de boda. Sin embargo, no pudo ser. En 1988, cuando Athina tenía tres años, su madre falleció. Un duro golpe que provocaba que Thierry y su nueva esposa, la modelo sueca Gaby Landhage se hicieran cargo de ella, junto a sus otros tres hijos, los mencionados Eric y Sandrine y la pequeña Johanna.
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Athina creció en Suiza, donde el apellido materno no despertaba el mismo interés en el país europeo que en España. Es por eso que vivió durante muchos años sin la presión mediática de los personajes públicos de España. Cada vez que regresaba a nuestro país se encontraba con todo un entramado de opiniones que señalaban cómo debía ser. A la larga, ser el foco de atención se volvió algo insoportable y empezó a distanciarse de todo lo que tuviera que ver con su apellido.
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Por ejemplo, se marchó de la Fundación Onassis por no coincidir con los principios de su abuelo. Tampoco intentó recuperar la isla de Skorpios, un símbolo del imperio de su familia que fue vendida a un empresario ruso. Una decisión que dejaba más que claro que Athina no era como el resto de su familia. Ella prefería el anonimato y la libertad antes que los grandes titulares. Su refugio fue la equitación. La millonaria se convirtió en toda una amazona, participando en competiciones internacionales y cuidando de los caballos con dedicación.
Su desaparición pública
Fue en uno de estos concursos ecuestres donde conoció al jinete brasileño Álvaro de Miranda, más conocido como Doda Miranda y doce años mayor que ella. Se enamoró profundamente de él y contrajo matrimonio en 2005 a pesar de las reticencias de su padre. De hecho, se dijo que Thierry y su hija se distanciaron debido a este enlace y jamás recuperaron la misma confianza que tuvieron en su momento.
Estuvieron juntos 10 años, durante los cuales vivieron a caballo entre Europa y Brasil. Su relación, como todo en la vida de Athina, fue muy discreta, pero cuando rompieron en 2016 fue inevitable que rumores de infidelidades y problemas financieros surgieran.
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Aún así, Athina llevo el divorcio de forma privada y sin grandes titulares, haciendo gala de su carácter. En esto fue clave Alexis Mantheakis, el abogado y portavoz de los Onassis. El letrado se encargó de dejar claro que Doda había sido infiel a Athina desde el mes posterior a la vida e incluso llegó a llevar una doble vida con otra mujer.
Una traición que rompió el corazón de Athina y que acentuó aún más su discreción. La muerte de Alexis en 2021, con 68 años, provocó que la joven se alejará aún más del ojo público. ¿La razón? Mantheakis había sido su mano derecha durante muchos años, pero cuando le diagnosticaron leucemia a su eposa, Athina no le apoyó, según contó el abogado en varias entrevistas. Esta falta de empatía hizo que Alexis le otorgara el mote de 'muñeca de acero' y aseguró que era una persona 'glacial'.
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Estas acusaciones aumentaron la discreción de la heredera de los Onassis. Desapareció poco a poco de los medios, se volcó en la equitación y solo se relaciona con un círculo muy pequeño de amistades. Entre ellas se encuentra Marta Ortega, a cuya boda con Carlos Torretta acudió. Otras grandes amigas son las jinete Jennifer Gates, Georgina Bloomberg o Edwina Tops Alexander.
Es por eso que esta reaparición inesperada ha despertado todo tipo de teorías. ¿Habrá decidido Athina volver a la primera línea de la vida pública? ¿Ha sido una excepción? Solo el tiempo podrá respondernos.