Sin perder un minuto de su valioso tiempo, doña Letizia y don Felipe salían hacia París en el que ha sido su primer viaje de estado al extranjero como reyes de España. Esta visita había quedado pendiente desde marzo, cuando se produjo el fatal accidente de la compañía Germanwings, y los monarcas se volcaron con lo sucedido, anulando sus compromisos.

 

Los reyes pasarán 3 días en París, tres días en los que procurarán reunirse desde con la alcaldesa parisina, tener reuniones con los empresarios francoespañoles, sin olvidarnos de sus reuniones con el presidente Hollande, que hoy mismo ofrecerá una cena en su honor, y con el jefe de gobierno francés, Manuel Valls. Además, mañana miércoles el rey Felipe se presentará ante la Asamblea Nacional donde dará un discurso (íntegramente en francés), como también hiciera su padre, y que será retransmitido a toda la nación. El rey cada vez está más curtido en estas lindes y sus disertaciones son cada vez más apreciadas. Cuando intervino en Nueva York ante la Asamblea de las Naciones Unidas, su discurso fue una llamada a la acción, certero, apremiante y lleno responsabilidad. Unas palabras que fueron aplaudidas por todos y que, imaginamos, esta vez tendrá preparado algo de fuerza y que logre tener el mismo éxito.

 

Por lo pronto, hoy, en cuanto lleguen a Orly, su aeropuerto de destino, serán conducidos al centro de París. En el Arco del Triunfo les espera el presidente francés para realizar una ofrenda de flores en monumento al soldado desconocido. Tras este gesto simbólico, irán juntos al Elíseo donde se llevará a cabo un encuentro reposado con Hollande. Tras esta charla, tocará el turno de la cultura. Los monarcas visitarán la exposición ‘Velázquez y el triunfo de la pintura española’, situada en el Grand Palais. Lo más esperado del día tendrá lugar con la caída del sol. Los reyes de nuevo se dirigirán al Elíseo para disfrutar de una cena de gala que se llevará a cabo en su honor.

 

Para viajar hoy y pasar las primeras horas de la jornada, Letizia se ha decantado por un conjunto de falda y chaqueta en color nude. El detalle del estilismo lo ponían las mangas de la americana, con una cenefa troquelada, en color topo. En cuanto a su peinado, nada como un moño italiano para llevar el pelo peinado de una manera cómoda y sofisticada.