Kiko Matamoros se sentía satisfecho recientemente porque había recuperado en gran medida la buena sintonía con sus hijos después de años protagonizando tensiones. Ha sido un año complicado para él, marcado por algún que otro problema de salud que, precisamente, este próximo lunes le llevan a entrar de nuevo en quirófano para que le extirpen la vesícula biliar. Pero también lleno de felicidad, en gran parte, por ese tiempo recuperado con sus hijos y por su gran amor, Marta López Álamo, con quien ha consolidado su relación.

En cuanto a los lazos restaurados con sus hijos, tiene mucho que ver Laura Matamoros, quien desde que se convirtió en madre del pequeño Matías, ha sido la confidente que mejor ha entendido a Kiko y quien mejor ha sabido ejercer de nexo entre él y sus hermanos. Concretamente, Diego y Anita Matamoros.