Lo tiene todo. No solo es guapo, atractivo, sexy, solidario, príncipe... y además está soltero. Enrique de Inglaterra es un partidazo. El hijo pequeño de Carlos de Inglaterra cumple 32 años convertido en uno de los personajes más populares de la familia real británica. Si al principio su hermano Guillermo se llevaba todos los méritos y él se quedaba casi como la oveja negra, con los años las tornas han cambiado y mucho.

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Su arrolladora simpatía y su carácter solidario le convierten en el centro de todas las miradas en cada acto al que acudo. Y es que Harry es mucho Harry. Atrás han quedado ya las sombras que cuando era pequeño se cernían sobre él acerca de la posibilidad de que Carlos de Inglaterra no fuese su auténtico padre. Harry es todo un Windsor y una parte fundamental de la familia. Tanto es así que muchos creen que es el ojito derecho de su abuela, la reina Isabel.

A pesar de que en el pasado se sentía muchas veces eclipsado por su hermano, desde hace tiempo, Enrique ha ido ganando su propio papel. Cuando Guillermo contrajo matrimonio con Kate Middleton supuso un nuevo punto de partida en la vida de Harry. El tándem perfecto que formaban ambos hermanos se rompía y para él era necesario iniciar un nuevo camino. Enrique ha superado esta prueba con nota, de hecho se ha convertido junto con la Reina en uno de los miembros mejor valorados de la familia Windsor.

Aunque ha tenido varias novias, de momento el joven príncipe no tiene ninguna intención de abandonar la soltería. Siempre en el ojo del huracán cuando sale con alguna chica, ha heredado de su madre el gusto por preservar su intimidad. Vive volcado en sus proyectos solidarios, especialmente en los Invictus Games, que este año se celebran en Estados Unidos. Unos juegos en los que participan veteranos de guerra que han sufrido algún tipo de lesión durante un conflicto y en los que el joven está muy involucrado.

Según ha confesado el nieto de la reina Isabel a la revista People, su madre, la fallecida princesa Diana sigue siendo su fuente de inspiración. Es por ella por quien siente la necesidad de seguir adelante con su labor solidaria y poder aportar algo positivo al mundo. Enrique quiere, ante todo, que su madre pueda sentirse orgullosa de él esté donde esté.

Y es que ante esta declaración de intenciones no podemos sino derretirnos ante un príncipe de su tiempo, que es capaz de conquistar a cualquiera con un gesto o una mirada.