Desde que, hace más o menos un mes, Kiko Rivera sorprendiera a todos abandonando la vida mediática por sufrir una depresión, poco habíamos vuelto a saber de él. Más allá de que ha retomado las riendas de sus redes sociales y que está intentando reconducir su vida y su estado emocional, el hijo de Isabel Pantoja poco ronda por televisión. Sin embargo, anoche pudimos verle en el estreno de 'Ven a cenar conmigo gourmet edition', que se grabó poco antes de que su vida diera ese triste vuelco y en el que se mostraba abierto a contarlo todo.

En el primer encuentro con el resto de los participantes, Elena Tablada, Toñi Salazar y Julio José Iglesias, todos repararon en algo que no pudieron evitar comentar: la delgadez de Kiko Rivera. Los cuatro se conocían o habían coincidido ya en alguna otra ocasión televisiva, cosa que hizo más fácil tener la confianza para sacar el tema sin ofender o entrometerse. "No se puede estar más guapo y más delgado", se atrevía a decir la cantante de Azúcar Moreno, la primera en poner el cambio de imagen del DJ sobre la mesa. "Me he quitado unos cuantos quilos, sí", respondía él ante la mirada del resto. "Pero todavía me queda para estar como tú", bromeaba con el hijo de Julio Iglesias, que le recordaba "más gordete".

Artículo recomendado

Kiko Rivera se confiesa en 'Ven a cenar conmigo: Gourmet Edition': "Fui un 'latin lover', un mujeriego"

Kiko Ligón

Y así empezaba la noche, entre halagos y confesiones, Kiko ponía sobre aviso a su anfitriona de que tal vez rechazaría comer algunos alimentos o comer menos cantidad debido a su estómago. "Ten en cuenta que yo ahora como mucho menos", le decía a Tablada cuando esta le servía una copa "floja, para que puedas". Qué considerada ella. Ahí la conversación ya derivó hacia la nueva vida de Kiko tras su operación, y todos quisieron interesarse por los detalles buenos y, claro, también los malos que Kiko nunca tiene reparos a contar. "¿Antes bebías más o qué?", decía Julio José. "Antes bebía más, comía más... de todo. Y ahora no puedo, ahora después de la operación...", decía el DJ tocándose el estómago. "Pero merece la pena porque estás ideal", añadía Toñi continuamente.

Era entonces cuando Kiko explicaba que se había operado para ponerse una banda gástrica que le ha "cambiado la vida" estéticamente, de salud y hasta el humor. "Me he quitado 30 kilos", decía sonriente y afirmando que tras la intervención está hasta "más simpático". No sabemos dónde encajaba por aquel entonces su depresión, que estaba al caer. "Yo tengo aquí como el alambre del pan Bimbo", explicaba el hijo de la tonadillera cerrando los dedos de una mano simulando estrujarse el estómago. "Me cierra aquí y entonces la comida tiene que pasar muy despacito. Si yo como muy rápido, me tengo que levantar e ir al baño", añadía haciendo el gesto de vomitar. "Me estoy acostumbrando, a veces se me olvida", confesaba. Sin embargo, pese a estos contratiempos Kiko asegura estar muy contento con la intervención y con el menú cubano que preparó Elena Tablada.