Kiko Rivera arropa a Irene Rosales en el tanatorio de su suegro, Manuel Rosales

Kiko Rivera ha sido un apoyo fundamental para Irene Rosales en estos últimos tiempos. El matrimonio que se ha fortalecido tras superar varias crisis: las adicciones de Kiko, sus problemas con Isabel Pantoja o la enfermedad de los padres de la colaboradora, así como sus devastadoras muertes, han sido momentos muy duros de los que han aprendido para salir reforzados y que ellos, como pareja, se unan aún más.

Las pasadas semanas, Irene las dedicó a cuidar de su progenitor, después de que la salud de este empeorase. Le tocó a Kiko sacar pecho y tirar para adelante con la casa, puesto que su pareja debía ausentarse por estar volcada con los cuidados de Manuel. El hijo de Pantoja se ha encargado de llevar a las niñas al colegio, recogerlas y hacer la comida para que la rutina de las pequeñas no se viese alterada ni lo más mínimo; anteponiéndolas y convirtiéndolas en sus grandes prioridades a pesar del durísimo temporal al que los adultos hacían frente.

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Reforzados y convertidos en un verdadero equipo, Irene Rosales y Kiko Rivera han demostrado que, a pesar de todas las zancadillas de la vida, saben cómo hacer frente a las crisis, logrando que su relación sea inquebrantable. Cuando el cantante de electrolatino ha necesitado a su pareja, jamás le ha fallado. “Mi madre me dio la vida, pero mi mujer me la salvó”, dijo el pasado domingo cuando entró en directo en ‘Viva La Vida’, tras ver cómo se derrumbaba debido a la presión a la que llevaba tantos días haciendo frente. Si ella siempre ha estado para él, ahora le toca a él estar a la altura.