Juan Avellaneda aclara su polémica con el vestido de novia de Tamara Falcó: “Déjame, a mí no me líes”

Se acaban de cumplir dos años desde el día en que Tamara Falcó (43 años) se casó con Íñigo Onieva (36 años). Aquel 8 de julio del año 2023 quedará marcado para siempre para la pareja y también para muchos de los asistentes a este espectacular enlace. Entre ellos destacaba la presencia de Juan Avellaneda (43 años) que, debido a su amistad con la hija de Isabel Preysler, fue su testigo. Ahora el diseñador ha querido aclarar la polémica que se generó en su día con el vestido de novia.

Los dos amigos se conocieron durante la grabación de ‘MasterChef Celebrity’. En el concurso culinario de Televisión Española fraguaron una amistad que ha perdurado con el paso de los años. Avellaneda se ha convertido en uno de los mejores consejeros de Tamara y también uno de sus grandes apoyos, tanto en lo profesional como en lo personal. De ahí el hecho que la hermana de Enrique Iglesias no dudase en escogerlo como testigo de su boda.

El vestido de novia

Desde el primer momento el vestido de novia de Tamara generó muchísima expectación. Todo el mundo quería conocer el máximo de detalles posibles antes del famoso día en que pasase por el altar. Sin embargo, hubo una polémica que empañó este momento, ya que Falcó tuvo algunas discrepancias con la diseñadora que le estaba realizando el vestido y tuvo que buscar a una persona que se adecuase a lo que ella quería para este día tan especial.

Antes de conocer el nombre de la diseñadora que finalmente fue Carolina Herrera, en nuestro país se especuló con la posibilidad de que su gran amigo fuera el que la vistiese. Sin embargo, en ningún momento se llegó a plantear esta opción, tal y como ha reconocido el propio Avellaneda durante la tarde de este jueves en ‘Y ahora Sonsoles’ al hablar de sus grandes amistades.

La presentadora ha querido consultarle por estos rumores que circularon en su momento. “Hubo una entrevista que ella dijo en ‘El Hormiguero’ Juan ya sabe cómo va a ser el traje”, expresaba Avellaneda recalcando el verbo saber. “En el momento tuve a toda la prensa enfrente de casa diciéndome que yo hacía el vestido de Tamara. Fue como: ‘¿Perdona?’”, se sinceraba el diseñador.

Esa pequeña equivocación en las palabras de Tamara generó mucho interés. “En qué momento te hago yo el vestido si estábamos en otro sitio. Fue todo ese lío”, explicaba Juan. “Luego es verdad que cuando se cayó lo del vestido todo el mundo dijo que lo hacía Juan. Ella me dijo: ‘Si no me lo hace nadie, me lo haces tú’. Y yo dije: ‘Nada, nada, déjame, a mí no me líes, que lo haga otro’”, exponía Juan sobre este momento tan controvertido.

Tras ello ha querido hablar también de otra de sus grandes amistades, Nieves Álvarez. “Nieves para mí es como una hermana. Es alguien con quien disfruto muchísimo. Yo la conocí en una sesión de fotos, hubo como una química y desde ese entonces han pasado como 12 años. Cada vez que vengo a Madrid siempre vamos a cenar al mismo sitio”, declaraba el diseñador sobre esta amistad que también perdura en el tiempo.

Su cambio de vida

Pero no es lo único de lo que ha querido hablar. También se ha sincerado sobre el cáncer que sufrió y la decisión que tomó para cambiar su vida. “Tienes que hacer lo que te apasiona y lo que te gusta y yo es algo que no hacía. Yo creo que una somatización de eso fue cuando yo estaba en el banco que no estaba haciendo lo que me hacía feliz. Yo quería estudiar moda”, reflexionaba sobre su verdadera vocación.

Pero hubo un tiempo que llevaba una doble vida. “Hice una ingeniería informática y me metí en un banco con el tema de imagen. De ahí me fui a otro banco pero lo que hacía era estudiar moda en Londres, me juntaba las vacaciones y me iba allí a estudiar moda. Luego diseñaba como marca blanca para grandes firmas. Era un poco locura todo. Yo de noche era una persona y de día otra”, apostillaba.

Tras ello ha recordado su etapa de la lucha contra el cáncer. “Primero me desmayé saliendo de un avión de Mallorca. Me despertó una señora. Luego los domingos me entraba un agobio y me ponía a llorar. Luego aparece el cáncer y fue como aquí hay demasiadas señales. Ahora estoy bien, estamos en revisiones constantes. Tuve mucha suerte porque estuvo localizado. Me operaron y ahí se quedó todo”, declaraba. “Es genético. Mi padre fue de piel, a mi madre la pobre la operaron hace dos semanas de cáncer de pecho. Sí que es verdad que ha estado en la familia siempre”, concluía sobre esta batalla contra el cáncer en su familia.