Desde los últimos meses, muchos rostros conocidos de la televisión se han abierto en canal y han hablado de los peores momentos de su vida, rompiendo así todos los tabús habidos y por haber sobre la salud mental. Mientras que Tamara Gorro ha tomado la decisión de marcharse de España temporalmente para recuperarse al 100%, Ángel Martín se ha sincerado sobre el brote psicótico que sufrió en el año 2017 y por el que tuvo que internarse durante 15 días. Ahora, Javi Martín ha dado un paso al frente y, con un nudo en el pecho, ha hablado sobre el trastorno bipolar contra el que lleva lidiando desde hace una década y por el que hasta se replanteó quitarse la vida.
El que fuera compañero de Wyoming en Caiga quien caiga ha roto su silencio por primera sobre la enfermedad que padece ante Andrea Ropero durante una entrevista en 'El Intermedio', un testimonio sobrecogedor que no ha dejado indiferente a nadie: "Estaba yo un 24 de diciembre en mi casa, en una fiesta, y mi cabeza explotó. Yo pensaba que me estaba muriendo, que me moría, y abrí los ojos y me pasó de todo. Sentía la telepatía, sentía realidades paralelas...", ha comenzado explicando.
"Yo estaba en estado maníaco, así que me dio exactamente igual. No fue hasta tiempo después cuando ya vi que pasaba de la manía a la depresión, de la manía a la depresión, que ya vi que tenía el trastorno bipolar y que tenía que cuidarme", ha continuado Javi Martín asegurando que no dudó en pedir ayuda a profesionales para cortar de raíz el infierno que estaba viviendo.
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Javi Martín habla en 'El Intermedio' sobre el trastorno bipolar que sufre.
Javi Martín ha aprovechado esta entrevista en televisión para abordar el momento en el que se replanteó el suicidio y, siguiendo los pasos de multitud de famosos, ha denunciado públicamente la falta de recursos y el poco tratamiento (y seguimiento) que se le hacen a las enfermedades mentales.
"Una de las veces que salí del psiquiátrico, quería quitarme la vida y me dieron cita para tres meses después. Hay una cosa que no entiendo porque eso no ocurre con otras cosas, una vez me rompí las costillas y me atendieron a las tres horas, pero cuando te quieres quitar la vida te pueden atender en tres o hasta en seis meses. Tenía el demonio en casa porque vivo en un piso con terraza en una séptima planta. Mi cabeza me decía ‘tírate, tírate, tírate’. El dolor es tan profundo y crees que nunca vas a poder salir del pozo de oscuridad y llegué a un límite".
Javi ha sido muy valiente al hablar de su trastorno de bipolaridad que padece y de lo mucho que le ha costado asumir que aún le queda mucho camino por recorrer: "Me costó muchísimo entender que tenía que tomarme las pastillas, me negaba a tomar las pastillas, o mentía y decía que me las había tomado. O luego, cuando estaba en la depresión, me costó mucho tomar ansiolíticos, hasta que descubrí que los ansiolíticos me quitaban esa sensación de angustia y ansiedad. os cuesta admitir que la química nos va a ayudar muchísimo, porque nuestro cerebro tiene desconexiones neuronales o la química que no funciona bien, y las pastillas te ayudan a llevar una vida mucho más estable", ha concluido.