Cuando la dirección de GH17 decidió meter en la casa una bomba como Simona, sabían perfectamente que estaban dinamitando las vidas del resto de los concursantes. La joven ya lo advirtió en su video de presentación, es polémica, le gusta gustar y, aunque tenga novio, esto no le impide que pueda tontear con el que se le ponga a tiro. Su relación es abierta, y las reglas no existen para ellos.
Pero para las que sí existen las reglas es para Bea y Meritxell, que se suben por las paredes desde que la joven rumana ha entrado al concurso. Simona las está llevando al límite y las veteranas no lo se lo han tomado demasiado bien. Para empezar, en la primera fiesta que tuvieron, Simona no dudó en dar piquitos a Rodrigo y Alain, mientras las ‘enamoradas oficiales’ miraban la jugada desde la lejanía. Y, aunque no era más que un juego propuesto por Miguel (Simona debía besar a cuantos más compañeros, mejor), muchas concursantes no se lo tomaron como una actividad inocente más. A Miguel esto le provocaba mucha risa, pero el resto andaba con cara de poker. La nueva participante ya adelantó que iba a por todas y no se equivocaba…
Pero el ‘odio’ de las veteranas hacia la recién llegada va más allá. Meri se ha dado cuenta que entre ella y Alain existe buena química, que se entienden fenomenal. Una cosa es darse besitos en un juego, y, otra, mostrar afinidad verdadera. ¡Hasta ahí podíamos llegar! De todas maneras, la ‘Pantera’, como ella misma se definió en su presentación, se ha dado cuenta de que no lo tiene todo ganado con el morenazo. Entre ellos hay flecos que hacen que se encuentre dubitativa y recelosa, y asegura que no quiere “tener falsas esperanzas”, pues cree que Alain duda de lo suyo.
Y, mientras, fuera, la pareja oficial de Simona viendo todo desde la barrera. Ismael, como se llama su novio, ha estado en El Debate y ha dicho que mantienen una relación “original y abierta”, y que llevan juntos dos años y medio. Con ellos se hace evidente que hay tantos noviazgos como reglas existen. Y si ellos están conformes, genial, pero puede que en la casa no lo vean del mismo modo…