Fran Rivera, un peregrino con mal humor

No daba crédito. Cuando Fran Rivera vio al primer fotógrafo de La Voz de Galicia acercarse, cámara en ristre, se puso muy nervioso. No entendía quién podía haberles dado el ‘chivatazo’ de que iba a estar haciendo el Camino de Santiago ni cómo lo habían encontrado. “Quién fue el (…) que os dijo que estaba aquí”, preguntó, al tiempo que agarraba uno de los objetivos de las cámaras.

Así arrancó su Camino de Santiago, con una penitencia que él no se esperaba: la presencia de las cámaras. Bendición para algunas cosas, castigo para otras. El torero, que no ha aclarado los motivos que lo han llevado a tomar la decisión de querer hacer este recorrido, empezó la ruta por las tierras gellegas en Lugo. Su caminata arrancó a las nueve de la mañana en O Cebreiro, tras haber descansado en hotel de la zona, y acompañado de un grupo de amigos entre los que se encuentra Raúl García, ‘El Tato’, compañero de profesión.

El incidente ocurrió por la mañana, pero cuando Fran volvió a encontrarse con los periodistas, ya mucho más calmado y en otra parte de la etapa, tan solo aseguró a los informadores que "hacer el Camino es una experiencia personal", por lo que pedía que se lo respetara estos días.

¿Se deberá este recorrido hasta la Catedral de Santiago de Compostela a una promesa? Hace tan solo tres meses Francisco Rivera vivió una de sus tardes más negras, cuando fue cogido por un toro que le provocó una profunda herida que pudo haberle costado la vida. Dijo el médico que lo operó que estuvo a punto de haber muerto, pero diez días más tarde ahí teníamos a Paquirri hijo recibiendo el alta y abandonando el hospital con su mujer y su segunda hija recién nacida, Carmen.