Hasta hace tan solo unos meses Montoya y Anita Williams eran una pareja totalmente desconocida para el gran público. Su participación en ‘La isla de las tentaciones’, donde se convirtieron en los protagonistas de su edición, los catapultó inmediatamente a la fama. Sobre todo, al sevillano que sus momentos al descubrir la infidelidad de su chica se volvieron tan virales que incluso tuvo cabida en Estados Unidos. Ello los llevó a ambos a participar en ‘Supervivientes 2025’, donde consiguieron llegar a la final.
Pero la imagen que teníamos de ellos ha cambiado de manera considerable. Anita llegaba con la lacra de haberle sido desleal a su pareja que lloraba desconsoladamente aunque él cayese en la tentación con posterioridad. Sin embargo, en Honduras se mostró de una manera muy diferente, tanto que consiguió tener a la audiencia de su lado. De hecho, con los últimos acontecimientos que han ocurrido sobre el aislamiento del andaluz tras la brutal discusión que tuvieron ambos en la pareja se ha acrecentado este cambio de roles entre ellos.
El cambio de Anita
Desde la revista Lecturas hemos querido hablar con Pau Sabaté, experto en imagen y marca personal, para que analice esta situación y las posibles causas de este cambio tan significativo. “Al inicio de ‘Supervivientes 2025’, Anita Williams llegaba con una imagen complicada. Su paso por ‘La isla de las tentaciones’ la había dejado señalada como ‘la chica del escándalo’, una etiqueta difícil de quitar, en cambio, Montoya comenzaba el concurso como uno de los favoritos”, señala el experto.
No obstante, hubo un cambio determinante. “Sin embargo, lo que parecía una dinámica clara se terminó invirtiendo. Mientras que Anita logró cambiar la percepción pública, Montoya perdió parte de la confianza que había generado tras su paso por ‘La isla de las tentaciones’”, revela Pau. “El cambio de Anita no fue casual. Desde el comienzo se mostró más cercana y real, evitando victimismos pero tampoco escondiendo sus emociones. Esa transparencia, junto a su esfuerzo en las pruebas físicas, la ayudó a construirse una imagen diferente, la de una persona luchadora y capaz de superar retos, dejando atrás la etiqueta negativa que arrastraba”, explica el experto.
La catalana supo darle la vuelta a todo lo que se había comentado sobre ella durante los meses anteriores. “Además, Anita fue clara al reconocer errores, especialmente en su relación con Montoya, y evitó alimentar conflictos en redes sociales tras el programa. Su discurso de querer centrarse en su hijo y en sí misma resultó coherente y maduro, lo que reforzó la buena imagen que consiguió durante la edición”, señala Sabaté.
La situación de Montoya
Sin embargo, la situación del sevillano no fue la misma. “Por otro lado, Montoya no logró mantener la misma conexión con la audiencia tras el programa”, comenta el experto al recordar que fue uno de los claros favoritos pero tuvo que conformarse con el tercer puesto del reality. “Su ausencia en el debate final generó una imagen de evasión. Mientras Anita transmitía serenidad, Montoya parecía alejarse sin dar explicaciones, lo que alimentó las dudas”, explica al hacer referencia a esa recomendación médica de alejarse del foco mediático.
También hay que tener en cuenta que en su última aparición pública no dejó las cosas claras al ser desenmascarado por Anita que no soportó más la presión y reveló lo que habían hecho en la isla. “Además, Montoya no abordó públicamente los rumores ni conflictos que surgieron, prefiriendo refugiarse en su entorno familiar. Esta falta de transparencia afectó su imagen, que había sido construida con base en la honestidad y la cercanía”, confiesa el experto.
Esta circunstancia ha provocado algunas consecuencias que pueden ser irreparables. “Esta situación deja varias lecciones claras y es que no basta con tener buena imagen dentro del programa, sino que la gestión posterior es clave. La sinceridad y la coherencia son fundamentales para mantener o recuperar la confianza del público. La fama no perdona el silencio ni la falta de explicación”, reflexiona Sabaté.
Telecinco
Por ello, el experto en imagen y marca personal ha llegado a una conclusión muy evidente. “Anita ha demostrado que con un cambio real y coherente es posible rediseñar la percepción pública. Montoya, en cambio, debe replantearse su estrategia si quiere recuperar el terreno perdido”, dice Sabaté. “La autenticidad es la mejor herramienta para quienes buscan conectar con su audiencia”, sentencia el experto tras haber realizado este análisis exhaustivo sobre ellos.