La "excusa" con la que Ana Boyer se ha alejado de la polémica familiar de Isabel Preysler y Tamara Falcó

Aunque la familia Preysler presume de ser muy extensa y unida, Isabel Preysler (71 años), Tamara Falcó (41 años) y Ana Boyer (33 años) forman un tridente inquebrantable por encima del resto. Ni siquiera la distancia que les separa -Ana vive en Doha- ha sido capaz de enfriar la buenísima relación que la abogada mantiene con su madre y su hermana mayor. Solo hay que recordar como no dudó en dejar todo atrás y viajar a Madrid al enterarse del engaño de Íñigo Onieva y, también, se ha convertido en un apoyo incondicional para su madre tras su inesperada ruptura con Mario Vargas Llosa.

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El look de invitada de Ana Boyer perfecto para una boda en invierno

Después de pasar toda la Navidad en España, Ana Boyer decidía retomar su vida junto a Fernando Verdasco. La joven ha acompañado a su marido a Melbourne donde se está celebrado el Abierto de Australia de tenis, la "excusa" perfecta para alejarse del tsumani mediático que envuelve a Tamara e Isabel Preysler a consecuencia de los últimos acontecimientos que afectan a su vida personal.

Gracias a su perfil de Instagram, donde acumula más de 280.000 seguidores, Ana nos está haciendo partícipes de lo que están siendo estos días de relax en la ciudad australiana: turismo, paseos en familia e intensas jornadas de tenis desde la grada.

Ana Boyer viaja a Melbourne con sus dos hijos

Desde que comenzó su relación con el tenista hace más de seis años, Ana Boyer tomó la difícil decisión de dejar a un lado su vida profesional para seguir los pasos de Verdasco alrededor del mundo. Una apuesta firme y segura por amor que si tenemos en cuenta las apariencias no les va nada mal. El matrimonio fijaba su residencia en Doha junto a sus dos hijos, pero es habitual verles en nuestro país.

La divertida reacción de Ana Boyer en su inesperado reencuentro con Íñigo Onieva

Ana Boyer es una de las mayores confidentes de Tamara Falcó, de ahí que la marquesa de Griñón no quisiera esperar más para contar a su hermana la decisión que había tomado. Fue la noche del 24 de diciembre cuando Íñigo Onieva se presentó en Villameona por petición de su novia y con los nervios a flor de piel felicitó la Navidad a todos los allí presentes. "Nadie sabía que se produciría esa visita. Él saludó a todos y bien. A mi hermana le dio un ataque de risa", contaba divertida Tamara sobre cómo fue este inesperado reencuentro.

Así, Ana entendió de un plumazo que su hermana mayor había dado una segunda oportunidad al empresario que tanto daño le había hecho, pero del que sigue perdidamente enamorada. A la abogada no le quedó otra que aceptar su decisión y recibir a Íñigo con un beso.