EXCLUSIVA | La chef Pepa Muñoz (‘El Qüenco de Pepa’): “La reina Letizia suele comer pescado a la plancha y verduras, pero postres nunca”

Pepa Muñoz es una fuerza titánica de la naturaleza, una fuerza apega da a la tierra, la misma donde cultiva los tomates que la han hecho famosa, y con las raíces firmes en su familia. Ahora publica su primer libro, ‘Un puchero de verdades’ y en el restaurante que ha visto comer a tantos famosos, El Qüenco de Pepa, nos descubre un poco más cómo es esta magnífica cocinera cuando se quita la chaquetilla.

Desde entonces no has dejado de cocinar para famosos. ¿Cómo era estar cerca de Lola Flores?

-Lola era única. Era irrepetible, nunca la di de comer, pero he compartido Feria y Rocío con ella. Le encantaba el bacalao con tomate, era muy de tapas del sur, como el pescaíto frito. Le encantaba pringar, pero luego estaba estupenda, bailaba mucho. Ahora van al gimnasio, pero Lola bailaba y se movía, y tenía mucha energía. Era fantástica. Su mayor preocupación era su hijo Antonio. Cuando estábamos en el Rocío, como no había móviles, buscaba una cabina para llamarle, saber si había llega do o cómo estaba. Con Rosario he tenido poco roce, la habré visto tres veces, con Lolita he compartido mucho, hemos estado más unidas. Es igual que su madre, a lo mejor Rosario se parece más artísticamente, pero el corazón de Lolita es de Lola.

Otro corazón grande era el de Carmina Ordoñez, a la que estuviste muy unida.

-Carmina era mi amiga. Tuve la suerte de conocer su mejor etapa, la regular, la peor, remontar y volver a caer.

¿Era feliz?

-Cuando la conocí, Cayetano tenía siete años y Fran tenía nueve. Carmina había sido una mujer feliz, lo que pasa es que se dejó llevar por circunstancias. Pero que no se crea la gente que Carmen era una mujer infeliz. Ha pasado mucho, se casó muy joven, la gente del campo era muy ruda. Maridos para acá y para allá, unos mejores y otros regulares. Los malos tratos… ahí sí lo pasó mal, como cualquier persona. Pero Carmen era una mujer feliz, era un pedazo de madre. Francisco Rivera es tío Fran para mis hijas, es mi compadre. Para mis hijas es su tío, no es Fran Rivera ni Paquirri.

Otra de las personalidades que ha ido a tu restaurante es Isabel Presyler, que dicen que no come nada.

-Eso no es verdad. A Isabel le encanta comer, le gusta muchísimo. Lo que pasa es que, si un día se pasa, al otro recorta, pero ella se come su pisto con su huevo frito.

¿No te pide las cosas en versión light?

-No, si viene, viene a comer. Le encanta la fritura como yo la hago, le encanta el tomate. Isabel come perfectamente, pero se cuida muchísimo. Ella si sale come de todo, pero en su casa se cuida más con cosas integrales.

Al que le gustan pocas cosas de comer es a Pablo Motos.

-Es como un niño, le gusta la carne. Hay mucha gente así. Lo que le gusta, le gusta, y de ahí no salimos.

Gracias a ti hemos descubierto facetas sorprendentes de gente como Fernando Fernández Tapias, que se metía hasta la cocina.

-Fernando ha cocinado mucho, se metía sin delantal ni nada y me enseñaba recetas, me decía cómo preparar muchos platos que tengo aún. Fue como un segundo padre. Sus últimos días y su enfermedad han estado muy presentes para mí. Yo le quería muchísimo y él me quería mucho a mí. Era una persona que, dentro de su grandeza y su carisma, era el tío más cariñoso del mundo. Al principio me imponía muchísimo, pero luego era un pedazo de pan.

La Familia Real también ha estado en tu restaurante, ¿cómo son como comensales?

-La reina Letizia suele comer pescado a la plancha y verduras, pero postres nunca, aquí no ha comido dulce. No sé si los comerá luego. Felipe come de todo, le viene bien todo lo que tú le ofrezcas. Es tan cercano y cariñoso… yo le he servido mucho de príncipe y de Rey. La reina emérita ha venido mucho también. Y no es vegetariana, como dicen, no come carne pero come pescado. Toma poquita ración, no come mucho.