¡Ya está todo listo! Bueno, casi, casi. Desde que anunciaron su embarazo, la vida de Eva González y Cayetano Rivera no hace más que cambiar. La pareja no solo ha estrenado ya una nueva etapa que culminará con la llegada del futuro bebé, sino que también ha aprovechado para ir adoptándose a las necesidades que tendrán a partir de entonces. ¿Y qué es lo primero que han hecho? Pues buscar una nueva casa. La presentadora y el torero están ya inmersos en la mudanza que les llevará a su nuevo hogar...

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Eva gonzalez

A veces, donde caben dos, no caben tres. Una cosa era la vida que, hasta ahora, tenían Eva González y Cayetano Rivera, y otra muy diferente, la que van a tener a partir de ahora. El embrazado de la presentadora lo ha cambiado todo y, por supuesto, para bien. La pareja está ilusionadísima con la llegada del bebé y está tratando de adaptarlo todo de la mejor forma posible. Su primera medida ha sido, evidentemente, cambiar de casa.

Hasta ahora, Eva y Cayetano residían en un céntrico piso en Madrid. Una estancia perfecta pero que, al parecer, se les ha quedado pequeña. Ya se sabe que un niño viene con muchísimos trastos debajo del brazo. Así que, ni cortos ni perezosos, han buscado un nuevo hogar y se encuentran ya en plena mudanza. ¡Con la de quebraderos de cabeza que eso incluye! Que si haz cajas, que si tira cosas, que si todo esto por qué lo teníamos guardado... Les acompañamos en el sentimiento, sin duda.

Con ayuda de una empresa de mudanzas y de un amigo muy dispuesto -¡benditos amigos con coche!-, Eva y Cayetano han ido trasladando sus pertenencias hacia su nuevo hogar. La presentadora se ha encargado de supervisarlo todo mientras el torero, que ya está muy recuperado de su última cogida, se ponía manos a la obra y trasladaba algunas cosas ayudado de un buen amigo. Costará, que las mudanzas siempre se alargan, pero en nada estarán instaladísimos.

Hemos podido ver, eso sí, algunos detalles que nos han dejado extasiados de amor. Esas cajitas rotuladas con la palabra 'bebé' y un corazón. ¡Madre mía! Se nota que los nervios van apoderándose de la pareja. Dentro de pocos meses, tendrán a su pequeño o pequeña entre los brazos y ya no recordarán ninguno de los tormentos de la mudanza. Por el momento, no sabemos el sexo del bebé pero esperamos que nos lo cuenten pronto.