Siete meses después de que Laura Matamoros arrasara como un tsunami en el mundo de la televisión y ganara ‘GH VIP’, su estrella ha perdido luz. Ha encadenado varios fracasos, no encuentra su sitio catódico, ni tiene el perfil de icono de moda que ella y su entorno tanto ansían. Quitarse el apellido paterno para dar prioridad a Flores, con el que pretendía emular a su tía Mar, no le ha servido de nada. En un intento desesperado de dar un giro a su personaje, Laura ha decidido confiar su destino profesional a Susana Uribarri, la representante entre otros de los hijos de Isabel Preysler, Carlos Baute o Isabel Sartorius.

Podrás leer el artículo completo en la revista Lecturas.