Kiko Hernández confesaba en directo una de las peores noticias personales que ha experimentado en su propia piel. El colaborador de 'Sálvame' admitía haber sido víctima de un robo en una de sus casa. Se trata de 'Villa Chatín', su chalet situado en la sierra de Madrid, de donde se han llevado objetos de gran valor sentimental y material comprometido, registrado en grabaciones y vídeos.

Una casa que ha sido su fortaleza durante años y que, con este grave incidente, la sensación de indefensión es palpable. A pesar de la desagradable situación, el tertuliano no se amedrenta y, en las últimas y sobrecogedoras informaciones que ha ofrecido, ha reconocido que sospecha de una persona, que no habría actuado sola, y a la que le enviaba un contundente mensaje: "No voy a parar hasta que dé contigo".

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Kiko Hernández da detalles sobrecogedores del robo de su casa y advierte a los ladrones

Kiko Hernández 02

Nada más ser consciente del robo, que afortunadamente se produjo cuando ni él ni sus hijas ni nadie de su familia estaban dentro, Kiko denunciaba los hechos en la comisaría de Alcobendas y la Guardia Civil se ponía en marcha con las investigaciones. Las primeras impresiones tras analizar el escenario del crimen es que se trata de un robo atípico. Según las sospechas que han despertado los delincuentes, que han dejado restos personales por la casa, Hernández y los investigadores creen que conocían el espacio y "sabían lo que buscaban".

Tal como contaba el ex 'gran hermano', no se llevaron objetos de valor económico, como televisores y ordenadores, sino elementos importantes a nivel sentimental para él. Desde un cuadro enorme donde salen Lydia y Kiko recreando la famosa portada de Rolling Stones protagonizada por Yoko Ono y John Lennon, como fotos de sus vacaciones familiares. Asimismo, se concentraron en abrir cajas de su mudanza que guardaban objetos personales, y se llevaron una lata con dinero muy difícil de encontrar.

El tertuliano se siente "triste y apenado" sobre todo por la parte sentimental que siente que han violado las personas que han asaltado un hogar en el que ha sido feliz durante dieciséis años. Las advertencias que les ha dirigido, junto a las sospechas que ha puesto sobre la mesa, sugieren la inquietud y angustia que han crecido en Kiko por ese material comprometido, objetivo de los ladrones.