La noche prometía ser intensa en la casa de 'GH VIP'. Belén Esteban, 'princesa del pueblo' rebautizada en la 'enemiga número 1 de la televisión', se enfrentaba, por primera vez, a la sala de expulsiones y todos estaban convencidos de que iba a ser la eliminada, empezando por ella misma. Desde que la colaboradora saliese nominada la pasada semana, los porcentajes de votos, según nos iban narrando desde la propia cadena, se habían disparado y no quedaban dudas de que la Esteban iba a ser la próxima en recoger su maleta y despedirse de sus 'amados' compañeros de concurso. De hecho, la Esteban había deshecho su cama y estaba convencida de que iba a reencontrarse con su Andrea, su 'Míguel', su madre y todos esos 'belenistas' que la apoyan incondicionalmente. Pero un curioso y sorprendente giro del destino hizo que nos quedásemos pegados al sofá, con la boca abierta y el mando de la televisión congelado en la mano.

 

Al inicio de la gala, un afónico Jordi González nos aseguraba que la votación era más ajustada de lo que pensábamos -pese a que, por la tarde, los colaboradores de 'Sálvame' daban por hecho que iba a ser Belén la expulsada-. El presentador anunciaba 40 minutos para el cierre de votos y los nervios se apoderaban del plató. Imaginamos que hordas de defensores de la 'princesa del pueblo' colapsaron las centralistas de Mediaset para dar su apoyo, en el último momento, a su favorita y tratar, así, de salvarla de la expulsión. En la pantalla, unos vídeos nos recordaba el paso de la concursante por 'GH VIP', con sus broncas, pero también sus mea culpa y sus intentos, poco afortunados, de pedir perdón. Siete minutos. De repente, los porcentajes habían variado y el futuro pasaba a ser de lo más incierto. Jordi González conectaba con las nominadas y sí, para sorpresa de todos, era Ares la que acababa siendo expulsada por el público. ¿Pero cómo ha podido pasar? ¿Qué ha ocurrido en los últimos minutos? ¿No era Belén la más odiada? ¿Dónde está el notario? ¡Que salga el notario! Por un momento, temimos por la integridad física del pobre jurista.

 

Si hacemos caso a los abucheos constantes en el plató -ayer se llenó de gritos de 'tongo, tongo'- y a la mofa reinante en las redes sociales desde el inicio del concurso, Belén Esteban es la persona más odiada por los telespectadores. Y sí, su expulsión hubiese estado más que justificada, tras las trampas, las polémicas, los enfrentamientos y las malas formas que la colaboradora ha explotado a lo largo de las últimas semanas. Aun así, no podemos dejar de preguntarnos si toda la gente que se había posicionado en contra de la de Paracuellos ha tenido el empuje suficiente para votar. En el mismo 'Sálvame' escuchábamos, a través de la sección de María Teresa Campos, muchos mensajes de apoyo a la colaboradora -y si uno es capaz de dejar un mensaje en el contestador de un programa, es también capaz de levantar el teléfono y votar-. Eso sí, el cebo de hacernos creer que Belén iba a ser la expulsada ha funcionado perfectamente. En esto, Telecinco tiene un máster. Y nosotros todavía nos lo creemos todo.

 

Finalmente, fue Ares la que abandonó la casa de Guadalix. Otra pérdida irremplazable y absurda, cuando tenemos concursantes tan 'activos' como Aguasantas o Coman. El tándem Belén-Ares estaba funcionando a las mil maravillas. De amigas pasaron a enemigas, de ahí a amigas y, por último, ni una cosa ni otra. Eran las líderes de los dos bandos y nos hubiese encantado que llegasen a la final para batirse en un duelo cara a cara. Ahora tenemos que depositar todas nuestras esperanzas en Chari como nueva 'jefa de las chirlas', un papel para el que la ex concursante de la edición anónima de 'Gran Hermano' lleva tiempo preparándose. Y no crean que lo tiene fácil. Ares consiguió ese punto medio en el que quería fastidiar a Belén y, a la vez, quererla sin fin. Por una parte, le soltaba un proyectil en forma de 'me he cargado a tus amigos' y, por otra, corría a contarle los chismes de la casa para que la de San Blas estuviese informada de todo. Una espía doble con todas las de la ley.

 

Ares llegó al plató dispuesta a protagonizar un spin-off del Debate del Estado de la Nación, sin mojarse en ningún momento, sin avivar las polémicas y sin darle demasiado pie a los ex concursantes para que tuviesen su momento de protagonismo. Llegó a pedirle perdón a Olvido Hormigos por haberse burlado de ella, algo que la ex concejala no quiso aceptar, pese a haber pasado ya muchas semanas del incidente. Tan sólo tuvo un instante de maldad y fue con Fede. En la última conexión para despedirse de los todavía habitantes de la casa, Ares aprovechó para desearle al italiano que fuese expulsado más pronto que tarde. Y todo tras ver los enfrentamientos que la concursante había tenido con Ylenia y Belén. ¿Y si Ares va a ser la más lista y sabe que Fede aporta poco al espectáculo, mientras las dos rubias de Guadalix -con permiso de Chari- son el alma de la fiesta? Esperemos que lo cuente todo pronto en las páginas de Lecturas.

 

Pero si pensaban que la organización se iba a conformar con la 'no salida' de Belén, estaban equivocados. En un nuevo alarde de imaginación, las mentes pensantes de 'GH VIP' orquestaron una nueva forma de nominación. Uno por uno, los concursantes iban acudiendo al confesionario y allí se les informaba del resultado de la expulsión, para que no pudiesen reaccionar demasiado y votasen lo que ya tenían pensado de antemano -contando que todos estaban convencidos de que iba a salir Belén-. Efectivamente, el truco funcionó. Al final, Fede, Ylenia y Ángela quedaron en cabeza y Belén se salvó de las nominaciones. Así que, si no acaba volviéndose loca y cogiendo las maletas en un descuido, todavía nos quedan dos semanas enteras de 'la princesa de Guadalix'. ¿No están contentos? ¡Piensen en la de portadas que todavía puede hacerse Olvido Hormigos! Desde esta humilde crónica, pedimos un blog de moda para Israel Lancho -no se puede salir más guapo que en el reportaje que les ofreció Lecturas-, una columna de opinión para Olvido -'Con O de Olvido'- y unas vacaciones para Víctor Sandoval. No podemos más. Nos tiene los nervios destrozados.