Estela Grande está atravesando un momento duro en su vida, muy duro. De ello ha hablado largo y tendido en un desgarrador reportaje en Lecturas, su primera entrevista tras salir de 'El tiempo del descuento' y separarse de su marido, Diego Matamoros. La concursante de 'GH VIP 7', hecha un mar de lágrimas, ha reconocido seguir enamorada del hijo de Kiko Matamoros pero, al mismo, ahora ve casi imposible una reconciliación. "Ahora sería imposible. Hay mucho rencor y juntos éramos una bomba de relojería", ha contado a esta revista en exclusiva.

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Portada 3546 Estela Grande

Aunque su amistad con Kiko Jiménez ha sido el detonante de su relación, Estela ha compartido con Lecturas, muy sincera, el gran "desprecio" de Diego que no puede perdonar: "Su Polideluxe". "Me dolió que dijera que me iba a poner las maletas en la puerta. Fue muy desafortunado. Rectificó y me ha explicado mil veces que estaba muy mal. Lo entiendo, pero ahora mismo no lo puedo perdonar, igual que él no puede perdonar otras cosas. Fue una humillación, un desprecio. Fue un error, él también lo reconoce. Le pudo el orgullo", ha confesado al respecto Estela.

Pero no es el único tema espinoso que Estela ha vivido como una enorme humillación, además la modelo reconoce que le dolió que Diego Matamoros hablara de su relación con una presentadora. Una noticia que generó mucha polvareda, así como ver las imágenes de Diego bailando con Lola Ortiz en una discoteca. "Ver las imágenes fue un mazazo, intenté no derrumbarme. Cuando Diego me hizo una seña de que no había pasado nada, le creí", nos ha confesado. Estela Grande ha querido aclarar en Lecturas que su relación con Diego "no era abierta".

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Estela quiere a Diego pero son muchos los reproches que lleva dentro, uno de los más espinosos es la falta de defensa de su ex marido frente a su padre Kiko y sus críticas hacia la modelo: "Sí, se lo he recriminado, tendría que haber parado los pies a su padre. Me ha dicho que lo ha intentado. Pero a Kiko le da igual, aunque se lo pida su hijo. Diego me decía que no entrara, y yo le respondía: “¿Hasta cuándo me tengo que tragar esto?”.