¡Qué mal rato ha pasado Gustavo González esta tarde! Él que pensaba que iba a pasar una tarde relajada y que iba a poder zafarse de contar la verdad por completo, le ha tocado sudar ante la presión de sus compañeros.

Finalmente, y con un tono entre la preocupación y el agobio, cuando Kiko Hernández ha dado más datos de la ceremonia, ha decidido explicar su particular 'enlace'. El 24 de septiembre los amigos de Gustavo le daban una sorpresa por todo lo alto, pero ha matizado que "no fue una boda" propiamente dicha. Ha reconocido que fue una "fiesta informal" que se celebró en la playa de Canet (Barcelona) en la que un amigo se disfrazó de obispo. Si tuvo algo que ver con una boda fue todo en un tono de "broma" y en la que ni él ni su mujer tuvieron nada que ver. "No me casé por la Iglesia, se organizó así y estoy muy agradecido a estos amigos".

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Esta tarde Gustavo ha contado una "media verdad" y ha explicado que el evento fue llamado la "fiesta de los 125 años", pues se celebraban el 50 aniversario de su pareja, sus 50 años y los 25 años que llevan de convivencia. El periodista ha confesado que lleva 23 años "casado por poderes".

El paparazzi tenía una cara de preocupación al verse cazado y ha revelado que, debido a la indiscreción de Paz Padilla a principio de semana, "he tenido problemas en casa". "Acabo de llegar de Nueva York", narraba Gustavo, que ha estado en la Gran Manzana haciendo un reportaje con David Bustamante, Paula Echevarría, su hija Daniela, y el resto de su familia, "y no era consciente de que se había hablado de esto". González, muy celoso de su vida privada, ha pedido a sus compañeros del programa que dejaran de hablar del tema por respeto a su mujer, que es una persona anónima.

Durante el interrogatorio al que se han sometido los colaboradores de 'Sálvame', en el que han negado que hayan sido ellos quienes hayan pasado por el altar, Mila Ximénez ha dicho "no me he casado, no sé todavía si tengo novio, pero en eso estamos". ¿Tendrá Mila su corazón ocupado? ¿Dará pronto una feliz noticia?