Los cinco hijos de Berlusconi que se disputarán su herencia: Marina, Pier Silvio, Bárbara, Eleonora y Luigi

Que dé comienzo el ‘Succession’ a la italiana. Con la muerte de Silvio Berlusconi, a los 86 años y provocada por una leucemia, el magnate de los negocios y ex Primer Ministro italiano deja tras de sí una espectacular herencia que será repartida entre todos sus hijos. Cinco concretamente, Marina, Pier Silvio, Bárbara, Eleonora y Luigi, nacidos de sus dos turbulentos matrimonios. 

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Desde que en abril se le diagnosticó la enfermedad, Silvio Berlusconi ha tenido que poner en orden, si es que no lo tenía ya, todo su testamento. Una auténtica carrera contrarreloj. A Il Cavalieri no le quedaba demasiado tiempo y debía dejarlo todo perfectamente encauzado para que sus deseos se cumpliesen tal y como él querría. 

La herencia del magnate y rostro de la política conservadora italiana ascendería a los 6.700 millones de dólares, que serían íntegramente repartidos entre sus hijos, puesto que no se casó con última pareja, Marta Fascina, y solo se inscribieron como pareja de hecho. Aunque es probable que el empresario especificara que una parte de su patrimonio fuese al último amor de su vida

Pier Silvio Berlusconi, actual presidente de Mediaset

¿Quiénes son los hijos de Berlusconi que ahora heredarán su millonaria herencia?

Del árbol genealógico de Silvio Berlusconi parten cinco ramas. Su primera hija, Marina (57 años), fue fruto de su amor con Carla Elvira Dall’Oglio. De este matrimonio, nació un segundo hijo, Pier Silvio (54 años). Los dos, los mayores de todos los que vendrían detrás, lo aprendieron todo de su progenitor. Su manera de hacer negocios, de aumentar el patrimonio… así, no es de extrañar que Marina Berlusconi sea considerada la mujer más rica de toda Italia. Entregada a su trabajo, ha ocupado puestos de altísima responsabilidad en las empresas de su padre, al igual que su hermano Pier Silvio, que ahora ejerce de consejero delegado de Mediaset, propiedad de los Berlusconi. Marina, a diferencia de su hermano y con el ejemplo de Silvio siempre presente, también ha querido formar parte de la política de su país y no ha dudado en mostrar abiertamente sus inclinaciones. 

Pier Silvio Berlusconi es el nombre más conocido de todos los hijos del ex Primer Ministro por su cargo en Mediaset. Estudió para formarse en marketing y comunicación, uno de los pilares fundamentales del imperio Berlusconi. Adora la televisión y a ella le ha dedicado todos sus esfuerzos laborales. 

Marina Berlusconi, la mayor de los hijos de Silvio

Tanto Silvio como su hijo Pier Silvio han coincidido en algo más que su amor por lo audiovisual; puesto que ambos han estado relacionados en casos de fraude y evasión de impuestos. 

Los mayores de Silvio han cumplido un papel fundamental en la política italiana. Siempre del lado de su padre. De hecho, en numerosas ocasiones, especialmente Marina, su mano derecha en la sombra, ha jugado un destacado papel a la hora de que el ex líder del partido conservador y la actual, Giogia Meloni, llegasen a acuerdos. 

Bárbara, Eleonora y Luigi, los Berlusconi más jóvenes

Tras separarse de Carla Elvira Dall’Oglio, Il Cavaliere se enamoró de nuevo. Lo hizo de una actriz, Verónica Lario. Era casi un cliché que un amante del cine se enamorase de una starlette, pero así fue. De esta unión, vinieron al mundo tres hijos, Bárbara (39 años), Eleonora (37 años) y Luigi (35 años). Y, al igual que sucedió con su primer matrimonio, formaron una pareja que duró junta más de veinte años, hasta que, finalmente, en 2011 se divorciaron. 

luigi Berlusconi ha sido el último de los hijos de Silvio en entrar a formar parte de su s empresas

Política, medios de comunicación y también deporte. Los pilares del poder en Italia. Con los mayores de sus hijos, Silvio Berlusconi se ocupaba de los dos primeros, y Bárbara, del tercero. Su primera hija con Lario ocupó puestos de altísimo poder en el Milan. Los dos más pequeños, Eleonora y Luigi estudiaron carreras relacionadas con la economía y la dirección de empresas. Con una familia como la suya, ¿acaso existía otra posibilidad?