Hijo de padres enfermeros, José Andrés (55 años) se ha convertido a lo largo de su amplia carrera en uno de los chefs españoles más importantes y mediáticos. Nacido en Asturias pero criado cerca de Barcelona, el profesional de la gastronomía supo de su pasión por los fogones desde bien pequeño. Después de ayudar a sus progenitores en casa, adquirir mayores responsabilidades cuando su padre enfermó y aprender que si sabía cuidar el fuego podría elaborar cualquier cosa, el empresario supo para siempre a lo que se quería dedicar.
"Me enamoré de hacer fuego", declaró al Fondo Nacional para las Humanidades en 2016. A los 15 años, Andrés se matriculó en la Escola de Restauració i Hostalatge de Barcelona para comenzar sus estudios culinarios y posteriormente trabajó brevemente en el famoso restaurante El Bulli. Pero todo se pausó cuando fue reclutado por el ejército español, aunque logró mantener su mano en la cocina sirviendo como chef de un almirante.
Trabajó la cocina de vanguardia con Ferrán Adriá y tras una pelea se mudó en 1991 a Estados Unidos y fue Eldorado Petit de Manhattan donde consiguió su primer trabajo cuando casi no hablaba inglés. Desde Nueva York se mudó a Washington, D.C. y allí alcanzó la fama. Ha abierto numerosos locales, ha ayudado a otros compañeros y sobre todo se le conoce por haber fundado World Central Kitchen (WCK), una organización que trata de ser la primera en llegar a lugar en el que han sucedido crisis humanitarias, climáticas y comunitarias.
Sin duda José Andrés puede presumir de ser uno de los españoles más reconocidos a nivel mundial, pero lo cierto es que el chef siempre es muy humilde y de lo que más disfrutar es de estar con familia. Casado con Patricia Fernández desde 1995, el cocinero tuvo 3 hijas Carlota, Inés y Lucía y juntos incluso han grabado un programa en Max en el que viajan por las diferentes ciudades españoles probando platos y cocinando. Un espacio en el que dejaron buen la magnífica relación que tienen.

José Andrés presume de sus tres hijas.
Instagram @chefjoseandres
"Es importante tener una buena red familiar. Mi mujer es... bueno, no sé quién la envió, pero estoy seguro de que es un Dios de cualquier religión. Ella ha sido un gran apoyo y mis hijas también", contó en 'People', donde dejó claro que Patricia es realmente su "ancla".
De hecho, en los episodios de este formato en el vemos España y su gastronomía a través de los ojos de este profesional a medida que sus hijas aprenden y experimentan momentos culinarios (se dan cuenta que tienen un paladar muy desarrollado gracias a su padre) también se puede dar uno cuenta de que José Andrés es muy protector y que le cuesta contar cosas sobre la intimidad de la familia. Eso sí, podrás descubrir que a Lucía no le gusta el queso, que Inés es la aventurera dispuesta a probar suerte en casi cualquier tarea entre fogones y que a Carlota le encanta el surf. Pero no mucho más que eso.
Sobre su amor a la cocina el chef es mucho más abierto, pero lo que está claro es que todo lo que hace es con mucha pasión y siempre pensando en lo mucho que le han ayudado su mujer y sus hijas a llegar donde está. "Cambiar la receta está llena de lecciones que he aprendido a lo largo del viaje de mi vida... pero algunos de los más importantes me los enseñaron mi familia y amigos. La vida se mueve rápido... Los desafíos aparecen si estás listo o no, pero cuando tienes gente de tu lado, gente en la que confías... su guía y aliento lo cambia todo. Mi familia me ha dado la confianza para pensar en grande, romper las reglas y encontrar mi propio camino...".
"Cocinar en familia es algo que aprendí de mi padres. A veces por diversión, pero también muchas veces por necesidad. Recuerdo las croquetas que hacía mi madre al final de mes cuando ya no quedaba mucha comida en la casa y ella era capaz de sacar platos increíbles de la nada. O mi padre que siempre invitaba a medio hospital y llegaban a la montaña y él hacía esa paella. Da igual cuánta gente llegara porque daba de comer a todo el mundo. Creo que yo he heredado eso, esa esencia que tenían mis padres y lo he llevado a mi propia familia", contó al citado medio. Pero no solo eso, también se acordó de Patricia, que también aprendió de su madre a cocinar. "Eso se lo hemos pasado a nuestras hijas. Me llena de orgullo verlas con las manos en la masa", relató.
"Es un poco mandón, pero nos deja estar con él en la cocina. Bueno, cuando nos ponemos a hacer alguna cosa y somos un poco lentas, nos echa. Hemos aprendido muchísimo con él, pero es verdad que no podemos cortar una cebolla tan rápido como hace él. Pero bueno, hemos aprendido que todo es posible", dijeron sus hijas.