Y una portada lo cambió todo. El 25 de enero, Lecturas publicaba las fotografías que confirmaban la relación de Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia y que su matrimonio con la infanta Cristina estaba roto. Tras semanas intensas y dolorosas, en la que hubo incluso una cumbre familiar en Ginebra, Cristina de Borbón ha dado un golpe sobre la mesa para callar rumores y dejar claro que no hay posibilidad de reconciliación ni perdón con su marido. De nuevo Lecturas ha tenido acceso a su versión, a todo lo que hay detrás de sus movimientos y gestos, como las palabras escogidas en el escueto comunicado sobre la "interrupción de su relación matrimonial", que aún lleve la alianza de casada y, más importante, su decisión irrevocable con respecto a Iñaki Urdangarin. El paso al frente ha sido suyo, pero también ha contado con el apoyo, el consejo y la discreción de cuatro personas que conforman su selecto círculo de confianza.

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La decisión de la infanta Cristina: "No va a haber reconciliación ni perdón"

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La infanta Elena, Rosario Nadal, Alexia y Pablo de Grecia (y su esposa, Marie-Chantal Miller), han vuelto a estar a la altura de las circunstancias y de su amistad con Cristina de Borbón. Lo están en este trance personal como también lo estuvieron en la complicada disyuntiva de ver a su marido entrar en prisión y cumplir condena. Los cuatro han sido, hablando llanamente, paracaídas, trampolín, barrera y todo lo que ha hecho falta con el fin de proporcionar a la hermana de Felipe VI la tranquilidad necesaria para reflexionar y actuar sin perder el foco en lo que realmente es importante para ella en estos momentos: el bienestar de sus hijos.

La infanta Cristina ha sabido utilizar Ginebra como un lugar estratégico para mantener una vida tranquila y discreta, pero sin que haya supuesto un obstáculo en el vínculo y la comunicación fluida con su hermana y sus primos.

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Infanta Cristina

La infanta Elena no se ha separado del lado de su hermana, que se encuentra pasando por la misma situación que tuvo que afrontar ella en 2007. Ha demostrado su fidelidad cerrando filas y con gestos contundentes. De la hija mayor de Juan Carlos y Sofía no hemos escuchado todavía ni una palabra sobre la separación de los ex duques de Palma, pero sí que sabemos que la acompañó y la arropó durante el breve viaje a Abu Dabi en el que Cristina explicó al emérito las razones para separarse.

La fidelidad de la rama griega

El mismo silencio férreo hemos visto en la exesposa de Kyril de Bulgaria y en los hijos de Constantino II de Grecia. A pesar de todo, la infanta Cristina y Rosario Nadal continúan su estrecha amistad de más de 30 años, que arrancó en sus veranos en Mallorca, cuando la segunda empezó a salir con su primo, y quedó rubricada cuando la eligió como madrina de bautismo de su hija Irene.

La rama griega de la familia, que sí ha vivido un distanciamiento con Felipe y Letizia, se ha mantenido al lado de su prima Cristina. Ambas compartieron piso cuando la infanta, tras acabar la carrera, estudiar un master en Nueva York y pasar un breve periodo en París, se trasladó a Barcelona, una experiencia que creó entre ellas unos vínculos irrompibles. La misma buena sintonía mantiene Cristina de Borbón con su primo Pablo y, por extensión, con su esposa Marie-Chantal, posiblemente, la pareja más discreta de las personas que se mantienen firmes a su lado. Ahora más que nunca.