El año ha comenzado de la mejor de las maneras para la hija menor del exjefe de Estado de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdelaziz. Después de casi tres años encerrada en en la prisión de alta seguridad de Hair, la princesa Basmah ha sido puesta en libertad. Su cautiverio, realizado concretamente en la celda 108 del módulo B9, ha llegado a su fin, sin embargo, la princesa no puede salir salir de las fronteras de su país, aunque sí tiene permiso para desplazarse por toda la región.
Basmah, que entró en prisión junto a su hija Sohd Al-Sharift, se encuentra ahora mismo en su casa de Yeda, cerca del Mar Rojo, donde descansa y se recupera de este complicado periodo, por lo que de momento no se ha podido ver con sus familiares.
![Princesa Basmah de Arabia Saudí](data:image/svg+xml,%3Csvg xmlns="http://www.w3.org/2000/svg" viewBox="0 0 1117 630"%3E%3C/svg%3E)
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El motivo de su prisión no fue otro que haber planeado un viaje a Suiza por motivos de salud. Un estado que, según ha declarado la princesa, ha empeorado después de este lago periodo encerrada. ""Mi salud se está deteriorando gravemente, lo cual podría provocarme la muerte. No recibo ninguna atención médica ni tampoco respuesta a las cartas que envié al Palacio Real"
Unas palabras que se sumaban a la petición que ella misma realizó para salir de prisión, dirigida al rey Salmán Bin Abdulaziz al Saud y al príncipe heredero Mohamed Bin Salmán, tío y primo de la princesa. Con este último, mantiene una batalla legal por la devolución de unas tierras y dos billones de euros que su padre poseía en Suiza.
Otra de las especulaciones sobre el cautiverio de Basmah es su lucha activa por las reformas constitucionales en Arabia Saudí con el objetivo de conseguir la democratización la monarquía absoluta que rige este enclave de Oriente Medio.