Es una de las voces con más repercusión y una de las más conscientes del momento que vivimos. Tanto desde su blog en ‘Lecturas’ como desde los platós de televisión,Jorge Javier no ha perdido ocasión para defender sus ideas, sus principios y luchar por lo que considera justo y digno. Sin miedo a represalias y sabiendo que el tener un altavoz tan potente debe ser usado. El presentador, que pocos días antes hacía un alegato en defensa de las personas trans, ha querido ahora pronunciarse también tras el asesinato de Samuel, el joven de 24 años muerto en A Coruña en una brutal agresión homófoba. Lo hizo anoche desde la última gala de ‘Supervivientes’ y ante millones de personas.

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“Hijo mío, parece que te pongo nervioso”. Jorge Javier bromeaba con el hermano de Lara Sajén en la gala de ‘Supervivientes’ de este jueves. El presentador cogía al vuelo una equivocación del defensor de la última expulsada y le lanzaba este divertido comentario. “Siempre me pones nervioso”, respondía, sí, nervioso, el hermano de Lara. Era este momento en el que Jorge Javier aprovechaba para lanzar un mensaje que muchos espectadores estaba esperando. Dirigiéndose a cámara, el presentador afirmaba: “Menos mal que, aquí, en los platós de televisión, el mariconeo no se castiga”.

“Ojalá la vida en España fuera como un plató de televisión”. Rápidamente, el público presente y los espectadores a través de las redes sociales aplaudían el mensaje del presentador. En una semana en la que desde numerosos platós se ha dedicado a cuestionar la homofobia presente tanto en el asesinato de Samuel, el joven de 24 años de A Coruña, como en la misma sociedad, mensajes como el de Jorge Javier, en prime time y en un programa de máxima audiencia, son más que necesarios.

Jorge Javier Vázquez

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Telecinco

Hace ya cinco años, el propio presentador escribía en su blog de ‘Lecturas’: “Hay un repunte de la homofobia y en Madrid están creciendo de una manera alarmante los ataques a gays. Luego dicen que nos ponemos pesados reivindicando nuestra historia pero a la vista está que no podemos bajar la guardia porque la intolerancia crece como la mala hierba”. Está claro que, pese al tiempo que ha pasado, ahora más que nunca sí que no podemos bajar la guardia.