Hubo un tiempo en que Anna Ferrer (28 años) solo era la hija de Paz Padilla (55 años), y hoy es Anna Padilla, por decisión propia y por entidad propia. Atrás quedó esa niña que hizo las prácticas de la carrera en Mediaset y cuya madre decía que quería mantenerse lejos de la tele. En aquel entonces ya la habíamos visto hacer sus primeros videos compartiendo la que era su habitación durante su Erasmus, lo que sin saberlo eran sus primeros pinitos como influencer, cuando aún, en realidad, eso ni se entendía como una profesión, y de hecho ni ella misma sabía que un día no solo podría vivir de ello, sino invertir en diferentes negocios que hoy son su vida.
Y es que con solo 28 años, Ana cuenta con una firma de moda y complementos, un restaurante de reciente apertura y una agencia de representación y marketing, casi nada. Y eso, que desgranaremos más adelante, no es todo. También se acaba de comprar un piso en uno de los mejores barrios de la capital por algo menos de medio millón de euros.
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Primero vinieron las redes, en ellas Ana cuenta su día a día de forma totalmente natural y eso le ha valido para ir creciendo, ir adquiriendo contratos con más marcas, y poder lograr objetivos como ser propietaria de una casa o de tres empresas, en las que en realidad no está ni mucho menos sola. Su madre es su gran socia, de hecho, fue Ana la que llegó para ‘desestabilizar’ la vida de Paz en este sentido, la que ha tenido el olfato para ir haciendo crecer sus negocios y que hoy sean tan reconocidos como lo son sus coloridos bolsos con forma de pescadito.
De pequeño emprendimiento a ambicioso negocio
‘NoNiNá’ arrancó en una pequeña tiendecita en Zahara de los Atunes vendiendo una selección de ropa para cuyo catálogo Anna hacía de modelo, y después fue virando hasta la creación de bolsos de diseño propio y confección española, algo que ahora también se ha puesto en práctica con pequeñas joyitas.
Lo que comenzó siendo un pequeño proyecto creció tanto que durante un verano viajaron con una furgoneta a modo ‘tienda itinerante’, lo que supuso un viaje que madre e hija disfrutaron muchísimo. No es posible consultar cuentas de esta empresa, porque no hay obligación de presentarlas y no lo han hecho, pero dado que cada temporada sacan nuevos productos a la venta y el crecimiento es continúo, todo indica que las cosas mal no van.
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Después de aquello llegó Papaya Comunicación, aunque en sus comienzos se llamó Shaka Talent, el nombre de la sociedad que se dio de alta. Se trata de una agencia de Marketing y comunicación que montaron junto a Ana de Miguel y Álvaro Sánchez Lozano y que ahora es quien las representa a ellas y durante mucho tiempo también a Vicky Martín Berrocal y Alba Díaz. Tampoco en este caso se pueden consultar cuentas, pero solo hay que seguir las redes de la agencia y ver los nombres de sus representados y lo mucho que trabajan en redes para calcular que no son pocos los ceros que deben facturar; Anita Matamoros, Loreto Sesma (que además es directora de marketing), Marta Riumbau, Rosana Zanetti o Víctor Elías.
El proyecto más sentimental
Y aquí no queda la cosa, porque este año ha llegado a sus vidas ‘El trompeta’, que es el chiringuito que regentaba Luis, hermano de Paz y tío de Ana y que falleció en 2024. En su honor, las dos han querido reabrir el que fue su sueño y después de una reforma y muchas mejoras hace escasas tres semanas lo reinauguraron.
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Tienen nuevo logo, un espacio con nueva decoración, nueva imagen en redes sociales, pues ahora lo regenta una influencer; pero han respetado la barra y la estructura de antes. Paz y Anna tienen claro que esta aventura irá bien y así lo comentaron en redes desde el principio: "Con su alegría y su forma de ser hizo de este lugar un sitio mágico, el punto de encuentro para celebrar la vida y hoy reabre sus puertas con el único propósito de mantener ese legado. Somos de las que pensamos que las cosas que se hacen con el corazón siempre salen bien y así ha sido” dijeron en su momento.
Antes de todo esto, Paz había tratado de tener otros negocios, pero Anna es la que verdaderamente tiene la fórmula del éxito. Hace años, la humorista decía que su hija era un ‘cerebrito’ y para muestra un botón, al menos por ahora, todo lo que toca lo convierte en oro.