No sabía dónde meterse. Paz Padilla advertía que una colaboradora de Sálvame había sido pillada desnuda y nadie podía imaginar que se trataba de Anabel Pantoja. Y no era, precisamente, un posado cuidado y estudiado, nada de eso. La sobrina de Isabel Pantoja había ido a la playa con una amiga y ni corta ni perezosa, había decidido cambiarse de bañador pensando que nadie iba a verla. ¡Madre mía! ¿Cómo no pensó que algún paparazzi podría estar cerca? Si es que no se puede pecar de tanta ingenuidad...
Una colaboradora había sido pillada sin nada de ropa encima. Sálvame iba a emitir las imágenes que nunca hubiese querido ver Anabel Pantoja. La sobrina de la tonadillera ponía cara de circunstancias cuando se enteraba del asunto. Las cámaras habían seguido a la colaboradora y habían captado el momento más vergonzoso que había vivido hasta ahora. La pobre se tapaba la cara en señal de apuro mientras toda España podía observar su curioso comportamiento en la playa.
Anabel había ido a darse un chapuzón acompañada de una amiga y no se le había ocurrido nada mejor que cambiarse de bañador delante de todo el mundo. Mientras su acompañante trataba de tapar las vergüenzas de la sobrinísima sin demasiado éxito, Anabel se quitaba el bikini para ponerse algo menos mojado. Era entonces cuando se daban cuenta de la presencia de cámaras y la colaboradora se metía en una tienda de campaña que tenía al lado. ¿Por qué no lo hizo desde el primer momento? Buena pregunta.
La colaboradora no tuvo ni tiempo de explicarse, pues el programa llegaba a su fin. Aunque, viendo el resultado, mejor guardar silencio. ¡Cómo no lo pensó de entrada!