La tristeza ha viajado de Ávila a Oporto y se ha instalado en el dulce hogar de Iker Casillas y Sara Carbonero. El portero ha recibido la amarga noticia de que su abuelo materno, Mariano Fernández, acaba de fallecer. Mariano vivía desde hace tiempo en una residencia geriátrica en Ávila y su llama se apagaba ayer. Debido a sus compromisos profesionales con su club, Iker ha recibido la noticia en la ciudad lusa, por lo que no habría podido despedirse de él y las circunstancias no podrían ser más dolorosas.
El exguardameta madridista ha viajado hasta su pueblo, la localidad abulense de Navalacruz, para reunirse con su familia y despedir todos juntos a su querido abuelo en una ceremonia íntima. Mariano fue trasladado desde el geriátrico hasta el tanatorio José Carlos Sánchez en Ávila, donde ha sido incinerado esta mañana. Iker no se lo ha pensado dos veces y ha anulado un acto en Madrid para ir a reconfortar y consolar a los suyos. Casillas no podrá acudir acompañado de su mujer, Sara Carbonero, quien se ha quedado cuidando a Martín y Lucas en Oporto. Para la periodista, también está siendo un duro trance y la noticia ha caído sobre ella como un jarro de agua fría. Tanto para ella como para Iker la familia es lo primero y las noticias tristes que se producen dentro de ella no pueden afligirles más.
Hace unas semanas celebraban la felicidad de haber cumplido 7 años juntos. La pareja lleva una vida apacible y sin muchos sobresaltos en su aventura lusa, viendo crecer a las luces de su día a día: sus hijos Martín y Lucas. Sin embargo, las vicisitudes de la vida y pérdidas como la de Mariano hace que de vez en cuando les quede un sabor amargo.