Han sido unos días maravillosos en Cuba pero los problemas han empezado para Anabel Pantoja incluso antes de pisar España, donde su trabajo en 'Sálvame' está más en entredicho que nunca. La sobrina de Isabel Pantoja ha tenido un arrebato solidario durante sus vacaciones que la ha convertido en la diana de miles de críticas, y al final ha tenido que pedir perdón.

Todo ocurrió el mismo día en el que Anabel cogía el vuelo que la llevaría de vuelta a Madrid. La prima de Kiko Rivera decidió de motus proprio regalar parte de su equipaje a niños sin recursos cubanos. Así compartió varios vídeos en los aparece llevando bolsas de comida a una iglesia o regalando ropa de su maleta: "son cosas que no me pongo o me quedan pequeñas", decía.

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Pero el problema vino después, y es que en una serie de stories -que luego ha borrado- se la ve montada en un vehículo y parándose por la calle regalando a unas niñas unas gafas de sol y un labial. "La hermana de Jessica estará guapísima con su labial", escribía. Lo peor de todo para muchos, y de ahí nacen las críticas más duras, es que ha etiquetado a las marcas de esos objetos; misma situación por la que la influencer Dulceida fue muy criticada durante uno de sus viajes a África. Acusada de generar contenido patrocinado aprovechándose de la situación de estas niñas sin recursos de La Habana Vieja, la colaboradora de 'Sálvame' ha acabado pidiendo disculpas en Instagram, aunque sigue sin creerse la revolución que se ha armado con este tema.

“No quería dañar la moral de cada ser humano que me está criticando", ha dicho en sus stories, ya en el aeropuerto. Anabel Pantoja, cuya buena parte de sus ingresos vienen de la publicidad que a diario genera en Instagram, defiende que ni por un asomo imaginaba que se iba a armar tal revuelo. La sobrina de Isabel Pantoja asegura que ha citado las marcas no para promocionar nada ni para enriquecerse sino porque estas, "detrás de las que hay personas", le habían dado cosas para entregar en Cuba. Pero entonces, ¿se ha querido sacar algún tipo de provecho? Muchos siguen pensando que sí aferrados a que el abuso de publicidad en Instagram llegue incluso a "dañar" a menores que, como en este caso, tienen muchas necesidades y lo que menos necesitan son objetos materiales como un pintalabios o unas gafas de sol.

"Me acusan de querer comercializar con menores de por medio y nunca haría nada que hiciera daño a un menor, adoro a los niños”, ha defendido Anabel, que ha pedido perdón por el tema: "El fallo ha sido mío por subirlo", aunque ha querido dejar algo muy claro y es que: "Seguiré haciendo lo que me dé la gana y me salga del corazón".